Señor Director:

Es posible que parte de quienes han sostenido la idea de gratuidad en la educación superior, en lugar de profundizar el esquema de becas y créditos, lo hagan desde un diagnóstico equivocado, pero que resulta simple de aclarar. Así, en el documento Bases para una Reforma al Sistema de Educación Superior, distribuido recientemente por el Mineduc, y base para la política, luego de una descripción somera de los principales instrumentos de apoyo financiero, se señala:

"...Lo anterior muestra un sistema de financiamiento a la demanda que genera un endeudamiento insostenible, especialmente a los egresados de menores ingresos...".

Este diagnóstico fue correcto hasta 2011. Hasta ese año, la principal fuente de apoyo financiero, el Crédito con Aval del Estado (CAE), tenía una cobertura menor a la actual, y además aplicaba una tasa de interés cercana a la de mercado, y debía ser pagado por el deudor en cuotas fijas. Ello cambió. El Parlamento legisló, y no solo redujo la tasa de interés a 2%, sino que también, y más importante aún, terminó con la vinculación "monto de crédito recibido-deuda exigible". Para un beneficiario del CAE que hasta 2012 debía pagar una cuota mensual de $100.000, naturalmente era insostenible si su salario era de $300.000. Desde 2012, este beneficiario no paga más del 10% de su ingreso; es decir, $30.000.

Ricardo Paredes
Rector Duoc UC