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Cartas
Viernes 31 de julio de 2015
Activismo judicial
Señor Director:
El miércoles se llevó a cabo en Santiago un seminario internacional organizado por la Corte Suprema sobre Derecho Laboral. Allí, dos ministros del máximo tribunal coincidieron en que el juez del trabajo debe convertirse en un agente contra la desigualdad. Tal llamamiento puede conducir a la judicatura laboral por un derrotero peligroso. Cada juez podría considerarse autorizado a utilizar estratégicamente sus facultades para conducir el proceso de modo tal que garantice el triunfo de la parte débil.
La idea de un juez activista o justiciero resulta especialmente tentadora en Latinoamérica, donde se predica desde todos los púlpitos que la lucha contra la desigualdad es una tarea prioritaria del Estado. ¿Por qué el juez, al fin y al cabo un agente estatal más, debería sustraerse de la batalla contra la desigualdad?
Hay una buena razón para que se abstenga: Si el juez comprende su misión como la realización de la igualdad material, entonces se pondrá siempre a priori de parte del débil, del pobre, del falto de educación, del desaventajado en cualquier forma. "Yo estoy aquí para defender al trabajador" dijo, sin rubor, uno de los jueces. Un juez que comprende así su ministerio renuncia a su atributo esencial que es la imparcialidad, con lo cual la contraparte se queda sin juez y, de paso, sin debido proceso, sin derecho a un juicio justo, sin derecho a su día ante el tribunal.
Es otra la igualdad que debe preocupar a los jueces: la igualdad ante la ley, que es la viga maestra de todo proceso: de ahí surge todo lo demás, porque si las partes son iguales ante la ley, quiere decir que deben tener las mismas oportunidades de ser escuchadas y de ser informadas; las mismas oportunidades de defensa e impugnación, y que el juez no puede hacer diferencias de trato entre una y otra parte, ni mostrar preferencia o brindar ayuda a una parte en perjuicio de la otra, todo lo cual coincide con lo que los pueblos civilizados denominan debido proceso o juicio justo.
Claudio Palavecino
Profesor de Derecho del Trabajo, U. de Chile