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Cartas
Domingo 26 de julio de 2015
Remodelación de la Alameda
Señor Director:
El pasado 14 de julio, el intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, anunció la resolución del jurado del concurso público, por él convocado, que seleccionó a los cinco grupos de profesionales finalistas para hacer una profunda remodelación de la Alameda. No podemos sino alegrarnos y felicitar al intendente por esta iniciativa, quien en esa ocasión calificó este proyecto como el "acontecimiento más importante en los casi 200 años desde que se creó la Alameda".
Lamento esta afirmación exagerada, un tanto soberbia, pero principalmente injusta.
En efecto, nuestra Alameda, que por cierto tiene más de 200 años, a lo largo de la vida de Santiago ha tenido muy profundos cambios y remodelaciones: cuando era "La Cañada" tuvo obras fluviales -recordemos que por allí pasaba un brazo del río Mapocho-. Posteriormente, en su época de la Alameda de Las Delicias, fue su principal parque público. Luego pasó a ser su principal vía estructurante de transporte público y privado. En la década de 1970 se construyó la Línea 1 del Metro a tajo abierto, y así podría enumerar muchas otras intervenciones.
Las ciudades, como los países, se van haciendo y construyendo en forma sucesiva, y no partiendo de cero o destruyendo lo existente con "retroexcavadoras".
Solo le recuerdo al intendente Orrego que durante los casi 11 años como alcalde de Santiago, me correspondió dirigir la intervención de la Alameda con varios proyectos. Tal vez el más significativo fue la pintura y remodelación de sus fachadas para ejecutar un antiguo concurso de arquitectura de la década de 1980 que había sido ganado por los excelentes profesionales de la arquitectura y pintura Cristián Boza y Gonzalo Cienfuegos. Este proyecto fue implementado con la participación de sus propietarios y vecinos, financiado por el sector privado y público, empresas fabricantes de pinturas y el municipio, y donde brigadas de pintores populares, encabezadas por el padre José Puga, le dieron color y belleza a nuestra principal avenida.
Además, construimos juntos con Germán Correa, el entonces excelente ministro de Transportes, en 1991, los primeros sistemas de paraderos diferidos y paralelos para buses con pistas especiales con el fin de acabar con la interminable cola de micros y mejorar la seguridad de los pasajeros. Entre el 91 y el 95 sacamos todos los "carritos" y construcciones del comercio ambulante que afeaban y ocupaban sus veredas, agrandándolas, remodelándolas y dotándolas de un sistema de alumbrado peatonal y de cámaras de vigilancia policial para disminuir la delincuencia.
En otras palabras, junto con destacar la iniciativa del intendente Orrego, seamos justos en reconocer y dimensionar lo realizado en el pasado, y dejemos que la historia califique qué ha sido "lo mejor".
Jaime Ravinet de la Fuente