En la noche del 25 de agosto del 2011, al final del segundo día del paro nacional lanzado por la CUT en contra del gobierno de Sebastián Piñera, el adolescente de 16 años Manuel Gutiérrez cayó herido de muerte en la Villa Jaime Eyzaguirre, en Macul. La investigación de Carabineros estableció que el autor del disparo, con una subametralladora UZI, fue el cabo Miguel Millacura, que fue sometido a proceso y detenido durante dos meses, hasta que en noviembre la justicia militar le concedió libertad vigilada.
En respuesta a esta ausencia de castigo nació el Comité por la Justicia para Manuel Gutiérrez, una iniciativa de la población liderada por el vecino y dirigente Miguel Fonseca y por Gerson Gutiérrez, hermano minusválido de la víctima. Participan también la madre de Fonseca, Rosa Carrillo; la madre de Gutiérrez, Mireya Reinoso, y otra hermana, Jacqueline.
Los cineastas José Luis Sepúlveda y Carolina Adriazola, las figuras más prominentes del cine realizado en el mundo de las poblaciones, entre la pobreza y la marginalidad, filman esta historia con las condiciones que sus propios protagonistas imponen: sin restricciones, en sus ambientes, con sus puntos de vista. Es un relato -si esto es posible- "desde adentro", en el corazón de las villas del suroriente de Santiago.
No hay un narrador único. Por momentos, Sepúlveda y Adriazola incluso entregan su cámara a los protagonistas para que contribuyan a la singular forma de relato colectivo que constituye Crónica de un Comité. Con todo, se trata de un colectivo reducido, principalmente la familia Gutiérrez, que vive su experiencia de protesta social con todas las contradicciones posibles: Gerson, quien piensa que la muerte trágica de su hermano le abre camino a una nueva vida; la hermana, que no desea más problemas; la madre evangélica, que no quiere que su reclamo se politice, y el vecino Fonseca, que intenta incrustar el caso de Manuel Gutiérrez en un panorama más amplio de búsqueda de justicia, que sin embargo no logra conceptualizar.
Hay una comicidad involuntaria y patética en muchos de esos momentos. Pero lo más perturbador es lo extraños, lo ajenos que se ven los dirigentes del Comité -Gerson y Fonseca- en el otro Chile, el de fuera de los espacios de la villa: en la Cámara de Diputados, en el programa Mentiras verdaderas, en los alrededores de La Moneda, en el Te Deum evangélico, siguiendo a los candidatos Laurence Golborne y Marcel Claude, hasta en una manifestación estudiantil con Camila Vallejo.
Los miembros del Comité por la Justicia para Manuel Gutiérrez libran una lucha sin épica y su historia es la crónica de su soledad, una soledad que dice más acerca de la dureza de su condición social que una colección de encendidos discursos callejeros. Por alguna misteriosa cualidad, solo Sepúlveda y Adriazola consiguen recoger visual, casi físicamente, la realidad de esas vidas y esas calles. Esta es una cinta tremenda, desoladora, que hace lo que hacen las grandes películas: mostrar lo que no podemos ver.
Crónica de un comité
Dirección: José Luis Sepúlveda y Carolina Adriazola.
Con: Gerson Gutiérrez, Miguel Fonseca,
Jacqueline Gutiérrez, Mireya Reinoso, Rosa Carrillo.
97 minutos.