Macarena Toro e Ignacia Godoy

"Nos confundíamos mucho con las materias, volvimos y nos olvidamos de todo", cuenta Denisse, alumna del Colegio María Elena de La Florida, que el jueves volvió a clases, luego de varias semanas de paro docente.

En esta escuela fueron los profesores los que acordaron por mayoría deponer su huelga y volvieron a clases. El retorno a la normalidad ha sido progresivo, al punto que más de cien establecimientos públicos han dejado la paralización esta semana, cuando se cumple un mes de protestas contra el proyecto de Carrera Docente del Gobierno.

Según el último reporte del Mineduc, 30% de las escuelas municipales siguen sin clases (1.346), lejos del 47% afectado cuando se inició la movilización.

"Muchos de los niños estaban perdiendo clases y nosotros acá cumplimos una labor de profesores, pero de papás también. Por lo tanto, nuestros niños estaban dejando de ser atendidos", dice Liliana Acevedo, profesora de Lenguaje de La Florida.

En medio de una nueva oferta para iniciar una mesa de conversaciones con el Gobierno y diputados, estos maestros consideraron que ya era tiempo de optar por el diálogo. "El Colegio de Profesores hablaba siempre de que se eliminara el proyecto. Y la eliminación era un paso hacia atrás, porque prácticamente nos quedaríamos sin Carrera Docente", comenta Paola Vera, que también apoyó bajar la paralización.

Y aunque Pablo Vásquez, profesor de Historia, era partidario de seguir el paro, la "carga emocional" del daño que se les hacía a los niños lo llevó a aceptar la decisión de sus colegas.

Pero más allá del efecto en los niños, esta semana se inició el descuento de sueldos por los días no trabajados de junio. Según el dirigente del magisterio, Mario Aguilar, alrededor de 15% de las comunas optaría por esta medida, que, a su juicio, es una presión para deponer el paro.

"Es bastante impresentable porque los municipios recibieron los recursos (de la subvención). El caso emblemático es Santiago. Ha sido un chantaje, condicionando el pago del sueldo a volver a clases", acusa.

Aunque reconoce que ha bajado la adhesión por el "desgaste" y "cansancio" de algunos maestros, sí cree que el descuento en los sueldos afectó. También, el adelanto de vacaciones autorizado por el Gobierno.

Hasta la tarde del miércoles, 480 escuelas iniciaron el receso que originalmente estaba previsto para mediados de julio.

Una decisión que tomó el alcalde de La Florida, Rodolfo Carter, para ocho colegios (los demás volvieron a clases). De todas formas criticó que "es una solución mediocre. Los niños deberían estar en clases, no en vacaciones para que el Gobierno gane tiempo".

La crítica no es solo de él. En algunos municipios, tales como Estación Central y Pirque, todas las escuelas volvieron a clases y no adelantaron las vacaciones. Mario Olavarría, presidente de la AMUCh (que reúne 60 comunas) lamentó que el Mineduc "nos quiera meter a los alcaldes como los malos de la película cuando no nos han incorporado en las negociaciones".

En la misma línea, Gonzalo Navarrete, de la Asociación Chilena de Municipalidades, pidió que las autoridades incluyan a los alcaldes (sostenedores de las escuelas) en el debate para destrabar el conflicto, que, en su opinión, solo aumentará la fuga de alumnos de la educación pública.

Y es que justamente donde no hay paros, la matrícula no cae. Así lo destaca la alcaldesa de Renca, Vicky Barahona, que no ha tenido colegios sin clases.

"Nuestros padres continúan enviando a sus hijos a las escuelas municipales, más allá de la situaciones mediáticas que puedan acontecer, lo que para nosotros significa, además, que nuestra subvención no se vea afectada gracias a que la asistencia mantiene sus altos niveles (entre 92% y 95%)", cuenta.