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Cartas
Viernes 03 de julio de 2015
Cacerolazos y reinserción
Señor Director:
Nuestro país requiere nuevas cárceles; es necesario seguir avanzando para superar el hacinamiento y las condiciones del encierro, y cumplir así con el marco legal nacional e internacional en materia de derechos humanos de los privados de libertad.
Pero no solo eso: necesitamos, sobre todo, repensar nuestras cárceles, y esto, porque el actual sistema presenta graves problemas respecto de la segregación de los presos. No reconocemos las diferencias que existen entre los distintos condenados: en Chile, aproximadamente el 40% de los presos son de baja peligrosidad; el 50% corresponde a reclusos de mediana peligrosidad y el 10% son de alta peligrosidad. El tema es que los estamos recluyendo a todos ellos en un mismo tipo de establecimiento penal, como si no existieran diferencias entre ellos. Ahí parte el contagio de las malas prácticas; esa es la raíz de la escuela del delito.
Se debe continuar con el cambio de paradigma en cuanto al diseño, ocupación y forma de utilización de los recintos penales. Se debe avanzar, además, en los Centros de Educación y Trabajo y diseñar recintos penales que permitan que el 100% de la población penal tenga actividades ocupacionales, ya sea a través del trabajo, la educación, la religión o el deporte.
Se deben mirar las políticas penitenciarias como parte del circuito de seguridad pública y entender que la prevención de delitos también tiene un espacio dentro de la fase de cumplimiento de las penas de quienes infringieron el sistema y el orden interno.
Así, también es urgente ocuparse de los internos que tienen beneficios penitenciarios y evitar que vuelvan a delinquir. Tal como hoy existe el sistema de brazalete electrónico para quienes cumplen una pena en libertad, este sistema debe ampliarse a los condenados que reciben beneficios intrapenitenciarios. Sin duda, la seguridad pública es tarea de todos, y nadie puede restarse a un fin tan noble como es que la ciudadanía transite por las calles tomada de la mano por cariño y afecto, y no por temor.
Luis Masferrer Farías
Abogado
Ex director nacional de Gendarmería de Chile