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Viernes 05 de junio de 2015
Crítica a dos películas
"En su debut como director, Whannell ofrece efectos saltones, pasos predecibles y actores maquillados de demonios. Y en esta historia sobre una psíquica que encuentra su destino -salvar a la gente de demonios- se sigue el manual de película B..."
"La noche del demonio, capítulo 3"
El golpe de suerte que tuvieron el director James Wan con "El conjuro" y las anteriores películas de la ahora trilogía "La noche del demonio", no se repite con Leigh Whannell, creador y guionista de la historia original de la saga "La noche...", que se resume así: demonios versus gente. En su debut como director, Whannell ofrece efectos saltones, pasos predecibles y actores maquillados de demonios. Y en esta historia sobre una psíquica que encuentra su destino -salvar a la gente de demonios- se sigue el manual de película B correctamente. Pero quizás donde James Wan jugaba con los tiros de cámara, el ritmo y el espíritu camp de las dos primeras "La noche del demonio", el director novato Leigh Whannell busca ser más solemne, serio y académico. Es como si quisiera beber más de "El resplandor" de Kubrick, que del cine kitsch y barato, que es donde están las raíces de esta precuela interesante. "Insidious: Chapter 3". Terror. EE.UU., 2014. 97 minutos. Mayores de 14 años.
"Spy: una espía despistada"
Hay un problema acá, y es que la estrella, la talentosa Melissa McCarthy, hace una mejor comedia que el director de esta película, Paul Feig. Ambos ya trabajaron juntos en "Chicas armadas y peligrosas" (2013) y en "Damas en guerra" (2011), y hay afiatamiento entre ambos, pero McCarthy corre más rápido y mejor que el bien intencionado de Feig. La historia promete: una agente de la CIA de escritorio, McCarthy, que es los oídos y ojos de una parodia a 007 a cargo de Jude Law, debe ir a una operación de campo con identidades falsas y divertidas. Contenida en un a veces molesto humor blanco e ingenuo, esta comedia, que tiene cosas buenas, pudo haber alcanzado el estatus de joya de culto, al estilo de "Zoolander", pero las soluciones y caminos elegidos por el director encajan en el mundanal criterio de la masividad. Hay chistes buenos (los murciélagos en el sótano de la CIA), personajes secundarios a los que hay que poner atención (como la graciosa Miranda Hart), una mirada profeminista atendible (Jason Statham se inmola en una feroz autoparodia de duro del cine), pero faltaron palos para que este puente sea recordado como la maravilla que prometía. Melissa McCarthy, Hollywood está aún en deuda con una película a la medida de tu talento. "Spy". EE.UU., comedia. 120 minutos. Todo espectador.
El golpe de suerte que tuvieron el director James Wan con "El conjuro" y las anteriores películas de la ahora trilogía "La noche del demonio", no se repite con Leigh Whannell, creador y guionista de la historia original de la saga "La noche...", que se resume así: demonios versus gente. En su debut como director, Whannell ofrece efectos saltones, pasos predecibles y actores maquillados de demonios. Y en esta historia sobre una psíquica que encuentra su destino -salvar a la gente de demonios- se sigue el manual de película B correctamente. Pero quizás donde James Wan jugaba con los tiros de cámara, el ritmo y el espíritu camp de las dos primeras "La noche del demonio", el director novato Leigh Whannell busca ser más solemne, serio y académico. Es como si quisiera beber más de "El resplandor" de Kubrick, que del cine kitsch y barato, que es donde están las raíces de esta precuela interesante. "Insidious: Chapter 3". Terror. EE.UU., 2014. 97 minutos. Mayores de 14 años.
"Spy: una espía despistada"
Hay un problema acá, y es que la estrella, la talentosa Melissa McCarthy, hace una mejor comedia que el director de esta película, Paul Feig. Ambos ya trabajaron juntos en "Chicas armadas y peligrosas" (2013) y en "Damas en guerra" (2011), y hay afiatamiento entre ambos, pero McCarthy corre más rápido y mejor que el bien intencionado de Feig. La historia promete: una agente de la CIA de escritorio, McCarthy, que es los oídos y ojos de una parodia a 007 a cargo de Jude Law, debe ir a una operación de campo con identidades falsas y divertidas. Contenida en un a veces molesto humor blanco e ingenuo, esta comedia, que tiene cosas buenas, pudo haber alcanzado el estatus de joya de culto, al estilo de "Zoolander", pero las soluciones y caminos elegidos por el director encajan en el mundanal criterio de la masividad. Hay chistes buenos (los murciélagos en el sótano de la CIA), personajes secundarios a los que hay que poner atención (como la graciosa Miranda Hart), una mirada profeminista atendible (Jason Statham se inmola en una feroz autoparodia de duro del cine), pero faltaron palos para que este puente sea recordado como la maravilla que prometía. Melissa McCarthy, Hollywood está aún en deuda con una película a la medida de tu talento. "Spy". EE.UU., comedia. 120 minutos. Todo espectador.
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