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Editorial
Viernes 22 de mayo de 2015
Rasgos del mensaje presidencial
La Presidenta Bachelet logra expresar con fuerza y convicción algunos anhelos compartidos, pero no consigue transferir esos atributos a las políticas que desarrolla para alcanzar esas metas.
La cuenta presidencial de ayer está mucho más marcada por deliberadas y notorias omisiones -destinadas a dar paz a la agitada coalición oficialista- que por contenidos capaces de servir como hoja de ruta al Gobierno. La esperada intervención se da a pocos días del más profundo cambio de gabinete desde 1990 y en medio de una drástica pérdida de popularidad del Gobierno y de la Presidenta. Sin embargo, las circunstancias políticas y económicas que explican ambos hechos no se mencionan. No hay mayor detención en las causas -entre ellas las graves irregularidades del financiamiento político o del tráfico de influencias- que desencadenaron la crisis de gabinete. Desde esa perspectiva es evasivo anunciar sin más el inicio de una segunda etapa de gobierno, como pretendiendo que la primera terminó con normalidad. No basta calificar el año transcurrido como "complejo" o reconocer genéricamente fallas.
La mandataria tampoco profundiza sobre las propuestas de esta segunda etapa que permitirían revertir la coyuntura económica y política, sea por vía de enmendar la reforma tributaria, reencauzar la reforma laboral o clarificar la idea de gratuidad de la educación superior.
El sello elusivo de este discurso -con muy notoria ausencia de precisiones sobre el proceso constituyente- refleja las profundas tensiones que atraviesan a la coalición oficialista. En las reacciones al discurso, varios de sus dirigentes expresaron que la Presidenta no cierra la puerta a este o aquel mecanismo de reforma de la Constitución, y que eso los tranquiliza. Pero es difícil dar seguridad desde la indefinición. El reflejo instintivo de la Mandataria es eludir más que zanjar los conflictos al interior de su gobierno.
Asimismo, es evidente que el orden de aparición de los temas, o la extensión de su tratamiento, no indican prioridad. De ahí los breves tres minutos dedicados a la seguridad pública en el último cuarto del discurso, o el completo silencio sobre el violento conflicto en La Araucanía, frente a la no breve mención del plan de esterilización de perros vagos.
Hay un positivo reconocimiento a décadas de crecimiento que permitieron importantes avances contra la pobreza, y a la idea de que sin él no hay recursos para las políticas de inclusión. Pero entre las causas que han desacelerado ese crecimiento se extraña un mínimo mea culpa al diseño de la controvertida reforma tributaria del Gobierno. Y hay iniciativas presidenciales que encuentran positiva recepción popular (no así de los técnicos), como la "Ley Ricarte Soto", que crea un fondo de apoyo a los pacientes de enfermedades raras y con tratamientos de alto costo. Igual apoyo suscita la entrega de más de 100 mil computadores anuales a alumnos de 7° básico en colegios públicos, y la eliminación gradual de la cotización obligatoria de salud de los pensionados mayores de 65 años. Hay también una valiosa definición sobre la necesidad de mantener una Defensa Nacional con plenas capacidades estratégicas.
Algunos anuncios sectoriales requerirán precisiones. Así, no queda claro si el nuevo canal de TV cultural, público, abierto, gratuito y sin publicidad, dependerá de TVN, una empresa pública con un estatuto legal conocido, o si se creará otra institución. La anticipación a 2016 de la gratuidad a los alumnos pertenecientes al 60% más vulnerable de las universidades del Consejo de Rectores, y los CFT e IP acreditados y sin fines de lucro, excluye sin buenas razones a los alumnos de las universidades privadas, independientemente de su vulnerabilidad. Se anuncian nuevos recursos para la compra de tierras indígenas, pero no se conoce una evaluación de lo conseguido hasta ahora con esta política. Se reitera que disminuir la evasión en el Transantiago es un objetivo del país, pero nada se dice respecto del hecho de que ella aumentó en esta administración. Tampoco se reflexiona sobre la delincuencia y los fracasos experimentados en esa materia.
La Presidenta Bachelet logra expresar con fuerza y convicción algunos anhelos compartidos ampliamente por los chilenos en cuanto a mayor igualdad, menor discriminación y una sociedad más inclusiva, pero no consigue transferir ni dotar de credibilidad y confianza a la gestión y las políticas que desarrolla para alcanzar esas metas. Las encuestas y su discurso de ayer así lo expresan nítidamente.
Resalta, con todo, el llamado presidencial a reencontrarse en el diálogo y a no perder de vista que Chile es un país en marcha, algo que por momentos pareció haberse extraviado en el vértigo refundacional de 2014.