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Colo Colo está movido. El sábado, en el duelo con Santiago Wanderers, Esteban Paredes corrió a celebrar su gol con Héctor Tapia, en un evidente gesto de apoyo a la continuidad del entrenador, quien está en plenas tratativas con Blanco y Negro.

Las dudas de los directivos tienen nerviosos a los referentes del plantel, quienes en los últimos días se han encargado de recalcar, a través de los medios de comunicación, que no desean cambios en la cabina técnica del Monumental.

Sin embargo, aún hay obstáculos para la firma del nuevo contrato. Aunque anoche se reunían Tapia y los directivos de ByN para acercar posiciones, la dirigencia está presionando al entrenador para que aleje a sus dos principales colaboradores, el ayudante de campo Miguel Riffo y el preparador físico Juan Ramírez. Una condición que parece inaceptable, considerando la cercanía del técnico con ambos funcionarios. Ramírez está mal evaluado por el número de lesionados. Y en el caso de Riffo, el ex central despierta recelos, especialmente en el poderoso Leonidas Vial.

Según fuentes del Cacique, parte de ByN culpa al ex defensor de haber liderado el desaire del plantel a "León" y al ex presidente Arturo Salah, en noviembre, cuando no los dejaron ingresar al camarín tras la victoria ante Audax Italiano (9 de noviembre). Eran los días del "caso Barroso", y en el vestuario sentían que la cúpula no estaba defendiendo como correspondía al jugador argentino por sus críticas a la ANFP.

Según dicen en el Monumental, Vial sigue sin perdonar a Tapia y a Riffo por el portazo en la cara. Y aunque no se opone a la permanencia del director técnico, considera a su ayudante de campo como una mala influencia.

Además, Vial -el directivo más antiguo de la actual mesa de Blanco y Negro- tampoco olvida los problemas que tuvo el directorio con el mismo Riffo y otros referentes cuando integraba el plantel que adiestraba Claudio Borghi.

Críticas a Tapia

De todos modos, Aníbal Mosa, el presidente de la sociedad, pretende extender el contrato de Tapia, ya que rescata el alza de Colo Colo desde que el técnico asumió la banca, a fines de 2013.

Sin embargo, Mosa y los demás no están ciento por ciento satisfechos con el trabajo del cuerpo técnico. Le cuestionan la falta de logros deportivos en la última temporada -perdió el Apertura y el Clausura, no avanzó de la fase de grupos en la Copa Libertadores y tampoco escaló en la Copa Chile-, pero sobre todo el manejo grupal.