2014 fue un año negro para la TV abierta chilena. Las pérdidas de esta industria alcanzaron los $36.009 millones. Todos los canales, salvo Mega, tuvieron sus balances en rojo. Así las cosas, en 2015 la industria está más conservadora que nunca, evitando dar pasos en falso. La innovación y el riesgo están en el congelador, y el único canal que obtiene ganancias sigue aferrado a las teleseries turcas.
El jueves pasado, La Red -canal privado de propiedad del mexicano Ángel González- anunció el cierre de su área de prensa, y programas como "Hora 20" y "Vigilantes" fueron despedidos de un día para otro. Ambos no obtenían, en promedio, más de dos puntos de rating , pero mantenían una intensa comunicación con las audiencias a través de las redes sociales.
Gracias a estos programas, en la TV abierta existía una franja diaria -desde las 20:00 horas- para discutir intensamente sobre la actualidad nacional. Sus conductores y panelistas opinaban y se las jugaban con sus dichos, y los televidentes sacaban chispas en Twitter, increpando, interpelando o apoyando a los protagonistas de las noticias. A la vez, los animadores hacían de puente en la interacción entre ambas partes: audiencia y entrevistados. Eran auténticas tertulias del siglo XIX.
¿Qué pasará ahora con ese contingente apasionado por la actualidad? Seguirá debatiendo en otras plataformas. Ahora, La Red -que en 2014 tuvo pérdidas de $4.704 millones- capeará este temporal con envasados, y desde ayer comenzó a exhibir "El patrón del mal", teleserie colombiana que ya había exhibido Mega.
Hay algunas señales de que otros canales abiertos están preparando programas o, al menos, proyectos, con modelos similares. No sería la primera vez que La Red actúa de pionera en algún formato o lenguaje televisivo. Es de esperar que así sea y que los programas que invitan a la reflexión y al debate no tengan que retroceder a la espera de mejores tiempos.