Fue la apuesta uruguaya a los premios Oscar en la categoría Mejor Película Extranjera. No quedó, pero lo que sí perduró es la buena performance del chileno Héctor Noguera en un ambiente y contexto que no son los chilenos. Noguera, en forma, amigo de la cámara del director Álvaro Brechner, es un inmigrante judío de 75 años, que huyó del Holocausto de la Segunda Guerra Mundial para recomenzar en Uruguay, y que siente que no ha hecho nada significativo en su vida. Torpe, errático, anciano, su vida cambia cuando cree que puede capturar a un supuesto criminal de guerra nazi de incógnito en su país. Con un coro de actores que funcionan para el plan básico que mezcla comedia y tragedia, Héctor Noguera construye un personaje querible y con capas con lo mínimo (gestos contenidos, movilidad reducida, porque es un anciano que ya no puede conducir) y su odisea, de demencial y torpe -no es ningún detective privado para emprender semejante pesquisa-, se torna en un viaje de autoconocimiento y en una ocasión apropiada para valorar en pantalla grande el tremendo talento de este intérprete chileno. Atención jóvenes cineastas locales: ¡Héctor Noguera puede ser su próxima estrella!
Drama. 2014. Uruguay. 98 minutos. T.E.