Claudio Herrera

El fútbol profesional en Argentina comenzó en 1931, pero recién 36 años después un equipo (Estudiantes) fue capaz de romper el acopio de títulos de los cinco grandes. En Uruguay la espera fue más larga, porque debieron pasar 42 temporadas para que Defensor interrumpiera el duopolio de Peñarol y Nacional. En Chile, el balompié asoma más disperso, porque en la primera década de la actividad rentada ya había seis monarcas distintos.

El factor Cobresal, que hoy matemáticamente podría lograr su primera corona en Primera, vendría a reforzar la caja de sorpresas mayúsculas.

"Si Cobresal logra el título, sería el campeón más sorprendente de la historia. Y si no es la mayor sorpresa, pega en el palo. Está a la altura de lo realizado por Unión San Felipe en 1971, que en dos años ganó la Segunda y la Primera, pero Cobresal tiene un agregado: cuesta imaginarse que en El Savador pueda prosperar un equipo al extremo de ser campeón", analiza el investigador Edgardo Marín.

El historiador Sebastián Salinas se suma a la teoría: "Sería el más inesperado, absolutamente. No estaba en los papeles de nadie, ni siquiera para aspirar a una liguilla, incluso con el torneo avanzado no era candidato para nadie".

El batacazo de los aconcagüinos se mantiene por ahora al tope de los milagros, mientras que Huachipato 1974 y Universidad de Chile en 1940 también tienen condimentos de epopeya. "Esa U tuvo un golpe de suerte, porque era un equipo de estudiantes, junto al 'Pulpo' (Eduardo) Simian, (Víctor) Alonso y Ulises Ramos. Para entender el contexto de sorpresa, vale recordar que la U al año siguiente fue penúltima", detalla Salinas.

El periodista Julio Salviat difiere, estimando que la hazaña de Cobresal no destronaría a los sanfelipeños. "Eso fue más sorprendente por venir de Segunda, es como que San Marcos o Barnechea ganaran el torneo actual. Otro matiz: (Luis) Santibáñez entonces era un entrenador joven, era sindicado como el niño maravilla de la banca, mientras Giovagnoli ya mostró su capacidad en Rangers".

Uruguay Graffigna es emblema de la corona 1971. "Las grandes sorpresas no suceden muy seguido, pero lo de ahora es similar a San Felipe, los jugadores saben qué hacer, y si no lo hacen, los 10 compañeros te recuerdan a la que te parió. Cobresal nos puede igualar, pero no deben hacer lo que hicimos nosotros después, que nos agrandamos, el equipo se murió y fuimos de payasos a la Copa", lanza el ex artillero.

Francisco Las Heras, ex jugador de la U que escoltó al monarca hace 44 años, advierte: "Muchas veces es más fácil formar un buen equipo con obreros y jugadores funcionales que con tipos de cartel. Pensé que Cobresal, como la U. de Conce, se desinflaba; es todo un mérito".

"Ya no pesa la camiseta", cree Eddio Inostroza, fogonero de Huachipato 1974. "Sería grandioso que Cobresal lograra el título y se transformaría en el campeón más sorpresivo de todos, nadie lo hubiese imaginado. Me parece que la conducción de Giovagnoli ha sido fantástica", completa.

En la procesión de los milagros, Cobresal avanza con la fila más larga.