Durante abril de 1835 se publicaron en "El Mercurio" fragmentos de una carta que el naturalista francés escribió a la comisión inspectora de sus trabajos, donde adelantaba cómo iba su expedición a la provincia de Valdivia. Claudio Gay había sido contratado por el gobierno chileno para realizar una serie de viajes científicos por todo el país para recopilar antecedentes sobre sus recursos naturales y geografía.

"No puedo dejar de expresar todas las sensaciones que experimenté al desembarcar en la playa de Corral y ver aquella vegetación que cubría de bosques impenetrables todos los alrededores. La naturaleza parecía desplegar vigor y lozanía en aquellos árboles corpulentos, adornados de las más elegantes flores", se leía en el diario.

Gay contaba que había explorado el lago Ranco y que al adentrarse por la selva valdiviana descubrió nuevas especies botánicas, y "se me presentaron varios insectos interesantes". Agregaba que recorriendo la zona "no pude menos que sentir que una provincia tan hermosa, tan rica de buenas tierras y de maderas de construcción, estuviese tan despoblada. Si la populosa Europa conociese las ventajas que unos países tan fértiles pueden procurar a los hombres, numerosas emigraciones vendrían a sacar partido de las riquezas que pueden extraerse con tanta facilidad y tan poco capital".

Visitó La Unión y Río Bueno para luego ir a la casa del cacique Meniman. Cabe destacar que Gay fue uno de los primeros europeos que tras casi 200 años se atrevió a entrar en ese hostil territorio indígena. Daba cuenta que, "después del mari-mari (saludo) pudimos apearnos, y fuimos a alojar bajo los manzanos que adornaban la choza. Al rato, el cacique nos envió a buscar para que nos sentásemos delante de su puerta, donde nos trajeron algunas costillas asadas".

Y añadía: "Mis diarios contienen notas interesantes acerca de ellos, bien dignas de excitar la curiosidad no solo del ávido europeo, sino también de los habitantes de esta república".

Posteriormente, el científico proseguiría su expedición más al sur, llegando hasta Chiloé. Sus investigaciones y dibujos (como el de la imagen) quedarían plasmados en su notable "Atlas de la Historia Física y Política de Chile".