Ayer, en Polpaico, celebramos un hito histórico y el cumplimiento de un viejo anhelo del país: contar con un solo sistema de transmisión eléctrica, con torres de alta tensión, desde Arica hasta Chiloé. Cuando está en juego la competitividad de nuestra economía, cuando los hogares sufren por las cuentas de la luz, no se puede postergar más una decisión con el argumento de que no sabemos si es mejor la corriente alterna o continua para desarrollar una línea de transmisión de este tipo.
En el ambiente de estancamiento de los últimos años en el sector energético, con escasez de inversiones y una desconfianza extendida, en mayo del año pasado quisimos reactivar el dinamismo y construir una política energética con legitimidad social, a través de una hoja de ruta clara y con objetivos precisos.
Uno de ellos era promover la interconexión entre el SING y el SIC. Y ayer, a menos de un año de la presentación de la Agenda de Energía, sellamos en Polpaico el decreto que da el "vamos" a la construcción de esta obra. Nuestras promesas se cumplen y nuestros proyectos se ejecutan. ¡Qué bien le hace esto a nuestro país para enfrentar y resolver nuestras carencias y dificultades!
Este proyecto, que significará una inversión de US$ 800 millones y que está desarrollando GDF Suez entre Mejillones y Copiapó, traerá beneficios al país del orden de US$ 1.100 millones producto de una disminución de los costos del sistema eléctrico y una baja de los precios asociados a una mayor competencia y disminución de riesgos en el mercado.
Otro beneficio es la seguridad de suministro. Con una geografía que con tanta frecuencia nos recuerda la fuerza de la naturaleza, el respaldo entre las distintas unidades de generación del país nos otorgará una cuota de mayor tranquilidad para enfrentar los imprevistos.
Y otro factor positivo de la interconexión provendrá de fuentes renovables, cuyo uso nos otorga mayor autonomía dentro de un país que no cuenta con petróleo, gas ni carbón. El avance de las energías renovables y nuestro compromiso de que representen un 20% de la matriz eléctrica al 2025 nos plantea requerimientos adicionales al desarrollo de la transmisión, que tendrá un rol central en facilitar el cumplimiento de esta meta a bajos costos. Por eso tenemos que pensar, como país, en el desarrollo de una red de transmisión con una visión de largo plazo y con holguras para acomodar e incorporar las nuevas tecnologías.
Digámoslo con claridad: para detener las alzas de las cuentas de la luz necesitamos construir más centrales de generación y más y mejor infraestructura de transmisión.
Máximo PachecoMinistro de Energía