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Cartas
Miércoles 15 de abril de 2015
Unión Civil y los desafíos que vienen
Señor Director:
Este lunes fuimos parte de la ceremonia de promulgación de la ley de Acuerdo de Unión Civil que realizó la Presidenta Michelle Bachelet en el Palacio de la Moneda. Vimos con orgullo cómo el trabajo de años de la sociedad civil influyó en que tuviéramos una norma con estándares internacionales.
Durante su tramitación, Fundación Iguales fue un organismo activo en la discusión de este proyecto, logrando que pasara de un paradigma meramente patrimonial a uno familiar, en el que se reconoce una realidad que en Chile existe y estaba invisibilizada por el Estado: la convivencia entre personas de igual o distinto sexo y la desprotección que estas sufrían, al no tener un marco legal que les entregara derechos.
Con la creación de este nuevo estado civil, el de conviviente civil -que se suma al de casado/a, soltero/a, viudo/a y divorciado/a-, se está dignificando a las personas. Por primera vez el Estado de Chile reconoce que hay familias diversas, más allá de la concepción tradicional de padre, madre e hijos, y dice que una pareja de personas del mismo sexo también puede constituir una familia igual de válida que las tradicionales.
En su discurso de promulgación, la Presidenta dijo que con esto "reconocemos y dignificamos a las familias, sean del sexo que sean. Saldamos una deuda con aquellos que por no querer o no poder no han formalizado su situación", aseguró. Estas palabras fueron reforzadas por el ministro Álvaro Elizalde, quien concluyó que "ahora Chile es un país mejor".
Sin embargo, nuestra agenda no se agota ahí. Si bien la unión civil es un logro histórico, que compensa la desprotección que miles de parejas han sufrido -en términos de herencia y de salud, entre otros, pero también de legitimidad-, no conseguiremos la igualdad real hasta que se haya aprobado el matrimonio igualitario. Más de 20 países ya cuentan con él y basta solo mirar a Argentina o Uruguay para darse cuenta de que esa es la corriente hacia la cual se está moviendo el mundo. Chile no tiene por qué ser menos.
Esperamos que con eso se mejoren vacíos legales como los de la filiación por parte de parejas del mismo sexo, realidad que existe en Chile pero aún está bajo el tapete.
De momento, también nos centraremos en la lucha por la Ley de Identidad de Género, que beneficiará a las personas trans, adecuando sus documentos de identidad a su realidad, y a las mejoras de la Ley Antidiscriminación, que hasta el momento no ataca el problema estructural de la discriminación.
Luis Larraín S.
Presidente Fundación Iguales