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Editorial
Lunes 30 de marzo de 2015
Evo abusa del Día del Mar 2015
En acción comunicacional transformó Bolivia la conmemoración del Día del Mar, con ocasión del aniversario de la ocupación de Calama por las fuerzas chilenas el 23 de marzo de 1879. El Presidente Morales volvió a ignorar el Tratado de 1904...
El Jefe de Estado reiteró con optimismo su disposición a reanudar relaciones diplomáticas, una vez que la Corte obligue a Chile a satisfacer la demanda boliviana. Al concluir la celebración declaró a la prensa que contempla futuras acciones legales reparatorias del daño por la pérdida del mar. "La lucha sigue", concluyó.
La campaña boliviana para dar publicidad a su causa continúa. Se anuncia que el delegado presidencial, el ex Presidente Carlos Mesa, viajará a Europa en gira promocional, que su visita a Chile sigue pendiente y que Bolivia planteará sus demandas en la Cumbre de las Américas, a celebrarse en Panamá próximamente, y en la Cumbre de los Pueblos, que se efectuará paralelamente, con el patrocinio de los países del ALBA.
Al cerrar la campaña electoral para las elecciones de ayer domingo, el mandatario dio a conocer que pronto se difundirá un segundo Libro del Mar, de lectura obligatoria en las escuelas bolivianas, con declaraciones de personalidades internacionales en apoyo a la pretensión marítima, incluyendo a dos ex presidentes de Estados Unidos, otros de Latinoamérica y un Papa, que dijo no ser el actual.
Entre tanto, el canciller, los agentes y juristas encargados de la defensa de Chile han seguido afinando sus presentaciones, manteniendo sesiones de coordinación con embajadores nacionales y celebrando reuniones con otras cancillerías y personeros extranjeros para informar sobre la legitimidad y fundamentos de la posición chilena.
Desconcierto causó una información publicada en días recientes por "El Mercurio" sobre una insólita alusión en Naciones Unidas del Director Jurídico de la cancillería francesa, al referirse a los trabajos de la Corte Internacional de Justicia. El jurista singularizó la demanda boliviana, ignorándose si nuestra representación ante el organismo mundial ejerció su derecho de réplica para pedirle aclarar sus dichos. Insuficiente podría estimarse la aclaración posterior del embajador de Francia en Chile, declarando que la posición de su país es "naturalmente neutra dado que se trata de un diferendo estrictamente bilateral entre dos países amigos". Se omitió tanto por el director jurídico como por el embajador que Chile reclama la incompetencia de la Corte en ese litigio y que la obligación de negociar en los otros tres casos mencionados por ellos está contenida en el tratado de no proliferación nuclear y no implica reivindicación territorial, como es el caso boliviano. Adicionalmente, el embajador francés, reconociendo que se trata de un conflicto bilateral, contradictoriamente, contempla al final de su nota la posibilidad de un diálogo con la participación "de las organizaciones de cooperación regional como la OEA o Unasur".
Nuevos avances se han logrado en días pasado en la reunión en Montevideo, en Aladi, en relación con el reclamo boliviano sobre libre tránsito. Bolivia pretende obviar las normativas del Acuerdo de Transporte Terrestre Internacional que establece condiciones de los vehículos, seguridad, seguros y otras exigencias de general aplicación. El reclamo es paradójico: ambos países son parte del acuerdo. Esta vez concurrió el subsecretario de Relaciones Exteriores chileno.
Singapur: lecciones de un éxito singular
Singapur, con poco más del triple de extensión que la ciudad de Valparaíso; con una población cercana a 5 millones; la nación con mayor ingreso per cápita del mundo según poder de compra, excepto Qatar y tres principados europeos; independiente desde hace menos de medio siglo; sin mercado interno ni recursos naturales -salvo su estratégica ubicación en el Estrecho de Malaca- y uno de los principales centros del comercio internacional; fue liderada desde su independencia y por más de 40 años por el padre fundador Lee Kuan Yew, fallecido el martes pasado.
Probablemente ningún otro líder mundial contemporáneo ha merecido más elogios de sus pares. Henry Kissinger escribió un impresionante obituario donde, más allá de admirar su impulso a una institucionalidad que permitió el desarrollo a Singapur desde una renta per cápita de 500 dólares a 55 mil, con una tasa de crecimiento del 7% anual sostenida durante 40 años, destacó su acertada visión del rol de Estados Unidos en la seguridad mundial, de la gravitación de China y los méritos de haber inspirado las reformas económicas de Deng Xiaoping y de fundar la Asociación de Naciones Asiáticas (ASEAN). Otros realzaron sus virtudes de estadista visionario, su inteligencia, pragmatismo y su excelente preparación: obtuvo máxima distinción en Derecho en la Universidad de Cambridge. Tampoco su gestión estuvo exenta de críticas: su manejo del poder incluyó autoritarismo, endogamia -su hijo es el actual Primer Ministro y algunos familiares dirigen empresas públicas-, censuras a la prensa y persecuciones e incluso encarcelamiento de opositores.
Pilares fundamentales del éxito de Singapur, y que otros países deberían considerar, son la prioridad de un modelo educativo de excelencia; su bien pagada, ejemplarmente organizada y reducida burocracia, fuerzas armadas, cancillería y policía; la competitividad lograda; las facilidades para emprender y el severo combate de la corrupción. Desde mediados de la década de los setenta, Chile, anticipándose al resto de Latinoamérica, estableció una misión diplomática y estrechos vínculos diplomáticos y comerciales con Singapur. Ambas naciones han suscrito el primer Tratado de Libre Comercio que Singapur acuerda con un país de América del Sur y que contempla desgravaciones del 100% de los aranceles.