Michael es un reciente viudo, que en su rabia y confusión espiritual decide hacer un documental sobre Dios y el diablo, buscando probar que ninguno de los dos existe. El tiro le sale por la culata cuando un demonio acepta sus invocaciones y comienza a poseerlo lentamente, proceso que queda registrado en su película, incluyendo efectos de edición y "post producción" bastante extremos, que cooperan muy poco con el lado "documental" de la historia. Muy rápidamente empiezan a apilarse los sustos de ruidos repentinos, las malas actuaciones y la tontera pura y dura, dejando en el aire la sola duda de cuál es la ofensa más grande de esta película, si su falta de originalidad o de competencia cinematográfica. Dejémoslo en empate técnico y todos contentos. Salvo los que tengan la mala suerte de ver esta película.
"The possession of Michael King". EE.UU., 2014. 82 min. Mayores de 14.