Si hay algo que ha definido al vino chileno en la última década es la exploración. Antes que enfocarse y profundizar en una cepa (como lo ha hecho Argentina, por ejemplo), la idea de diversidad es lo que ha prendido, aprovechando el paisaje siempre cambiante del territorio posible de plantar con viñedos.
Pero aunque las cosas han ido bastante rápido y se han corrido riesgos que antes habrían sido impensables, si uno mira las posibilidades que ofrece nuestro territorio, aún falta mucho. Ganas, eso sí, sobran de acuerdo a estos tres enólogos chilenos.
*Marcelo Retamal, VIÑA DE MARTINO:El potencial de la cordillera de Los AndesLa viña De Martino es la culpable de la revalorización que hoy vive el valle del Itata, hasta hace muy poco tiempo ignorado por la escena de vinos chilena. Comandado por el enólogo Marcelo Retamal, el equipo de De Martino, además, ha investigado distintas posibilidades a lo largo de Chile y también hacia los Andes, en las alturas del valle del Elqui, lugar hasta ahora reservado para uvas pisqueras.
Por eso, Retamal cree que el gran vino chileno puede nacer desde los Andes: "Mi teoría es que los vinos de clase mundial, los realmente grandes, nacen en lugares en donde hay nieve en invierno. Apuesto por la cordillera de los Andes, desde el Maule al sur. Si encuentro algún lugar de suelo arcilloso y calcáreo, con altura y, por supuesto, nieve invernal, además de una primavera fresca, un verano seco y con temperaturas moderadas, entonces creo que ahí se estará frente al gran vino que estamos buscando", asegura.
*Rafael Urrejola, VIÑA UNDURRAGA: La apuesta por la PatagoniaA cargo de la línea TH, el enólogo Rafael Urrejola se ha encargado de buscar lugares para alimentarla. Ha experimentado bastante, llegando incluso a vinificar un pequeño viñedo de pinot noir junto al lago General Carrera, por muy lejos el vino más austral de Chile. "Creo que el futuro estará justamente en el ánimo de explorar, arriesgar y probar lugares remotos, hacia los extremos. Creo que en esa diversidad de aventuras y ojalá de vinos extraños, diferentes y osados, estará el futuro de nuestros vinos. Si tuviera que poner una ficha, me encantaría que esta fuera en la Patagonia, lograr mayor consistencia en Chile Chico y poder hacer vinos a la vista de esos glaciares. Siendo un poco menos soñador, creo que la Región de Los Lagos y la Región de Los Ríos tienen todo para explotarse: clima cada vez más viable, viñas y enólogos más osados en tomar riesgos y caminar por caminos más difíciles, saliendo de la zona de confort".
*Felipe Müller, VIÑA TABALÍ: Los ricos suelos volcánicos de Isla de PascuaUno de los debuts más importantes del año pasado fue el malbec Roca Madre, a unos dos mil metros de altura en la cordillera de los Andes, en la zona de Limarí. El enólogo Felipe Müller y el viticultor Héctor Rojas, de la viña Tabalí, quedaron tan impresionados con los resultados que han seguido investigando las posibilidades que les dan los Andes para hacer vinos distintos. Para Müller, ese es uno de los posibles futuros del vino en Chile. Pero hay más: "La Isla de Pascua, un lugar mágico con una historia y un cuento ancestral impresionante, que tiene miles de visitas al año. Imagino una ladera plantada con viñas sobre sus suelos volcánicos (tan de moda hoy en día gracias a lugares como Sicilia, por ejemplo) con vista al mar, a los moais. Tomarse un vino en la isla y producido en la isla, que sea el maridaje perfecto con la gastronomía local, con los atunes y las langostas. Eso sería impagable", cuenta entusiasmado Müller.