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Cartas
Miércoles 04 de marzo de 2015
Decepción ciudadana
Señor Director:
La permanente lucha que los habitantes de Limache y Olmué llevan a cabo para defender el medio ambiente del valle en que están ubicadas sus pequeñas y tranquilas ciudades, hace algunos meses pareció dar algunos resultados positivos. La empresa Interchile S.A., que va a instalar el más grande tendido eléctrico del país, con torres de 70 metros de altura, para unir los sistemas del Norte y del Sur, interviniendo más de veinte comunas, manifestó públicamente su voluntad de rectificar el trazado de su recorrido territorial para no malograr el buen vivir de la ciudadanía.
Fue una luz de esperanza que calmó los ánimos de la gente.
Pero hace algunos días el alcalde de Limache, señor Daniel Morales, fue informado por el ministro de que la mencionada rectificación del trazado original no se va a efectuar. Y eso, sin dar mayores explicaciones.
La legislación vigente en esta materia privilegia los intereses de la empresa muy por sobre las necesidades y anhelos de la población afectada, de manera que no es mucho lo que los limachinos y olmueínos pueden hacer por evitar esta desgracia sin un respaldo legal adecuado, y que la empresa vuelva a insistir en cortar el valle de Limache en dos mitades por una instalación de torres y cables de alta tensión, irradiante y en extremo peligrosa.
El Comité Pro Defensa del Medio Ambiente de Limache recogió todas las observaciones de la ciudadanía a este proyecto y las puso en conocimiento de la empresa. Esas observaciones eran las más numerosas que jamás haya motivado un proyecto de esta naturaleza.
Lo ocurrido últimamente causa pena, angustia, impotencia e ira en la población, sin que medie una explicación que justifique tan absurda política energética y ambiental, lo cual nos lleva a pensar que nuestra democracia se está degradando y que el proceso de su degradación continuará, porque el mecanismo por el cual suelen ocurrir frecuentemente tantas cosas como esta es de sobra conocido por la ciudadanía.
Según las indicaciones del Comité Pro Defensa del Medio Ambiente de Limache, la razón de este retroceso de la empresa, que la está llevando al incumplimiento de su palabra empeñada, se debería a la existencia de dos pertenencias mineras situadas en los altos de Lliu Lliu. Entonces, conforme a los sondeos del Comité, el trazado original del tendido eléctrico vuelve a su lugar de origen para servir las labores mineras proyectadas para esos parajes. De más está advertir a la población afectada que dichas labores absorberán la mayor parte del agua que el valle podría recibir desde esas alturas situadas en sus márgenes.
Ante este cuadro desolador solo queda el frágil recurso de los tribunales de justicia, pero también el recurso de dejar a un lado todo orgullo y pedir clemencia como pueblo abusado por el poder y burlado por sus cambiantes estrategias, en la esperanza de despertar en los gestores de tan subido negocio y en quienes tienen la facultad de autorizarlo, un fondo de humanidad que subyace dormido al interior de todos los de nuestra especie, para que ellos mismos se salven de esa condición despiadada que los vuelve indiferentes al clamor de cientos de miles de habitantes de este país.
¿Para dónde se nos fue la democracia si es la lógica de los negocios la que controla nuestras vidas y nuestro mundo?
Gastón Soublette