R. Olivares y C. Said

En el país, el sector público de salud tiene dos tipos de servicios de urgencia: los tradicionales, ubicados en los hospitales, y los Servicios de Atención Primaria de Urgencia (SAPU), relacionados con los consultorios y que son más accesibles a la población, si bien poseen una menor capacidad para resolver problemas.

Según los últimos datos disponibles en el Departamento de Estadísticas e Información en Salud, dependiente del ministerio del área, en 2011 los SAPU recibieron 7,6 millones de atenciones, casi un 3% menos que los hospitales. A mediados de 2012, sin embargo, sobrepasaron por primera vez el número de atenciones de urgencia que realizaban los hospitales. Una tendencia que desde entonces no ha hecho más que consolidarse: el año pasado, los primeros captaron 8,9 millones de consultas, cerca de 12% más que los recintos de mayor complejidad.

Tendencia positiva

Aunque las cifras revelarían un cambio positivo, pues Salud tiene la política pública de descomprimir los hospitales, los expertos e interesados en el tema dicen que estos datos podrían estar evidenciando una menor capacidad de gestión en los consultorios.

Quien fuera subsecretario de Redes Asistenciales del gobierno de Sebastián Piñera, Luis Castillo, cree que hay varios componentes a analizar: "Hay mayor información y educación en la población, la que frente a problemas de salud que no son de urgencia vital recurre a las unidades de menor complejidad (SAPU), porque saben que es donde les pueden resolver su problema".

Dice que otro factor que explicaría el alza de urgencias en los SAPU se debe a que "la reestructuración de la red de urgencia fue adecuada, y hacerla cada vez más resolutiva hará que pueda soportar esto de mejor forma".

Sin embargo, opina que no se puede interpretar esta cifra como positiva a priori , porque "hay que comparar estas cifras con la cantidad de consultas electivas (aquellas que son agendadas) de los consultorios, ya que pueden estar revelando una menor oferta de atención de estos".

Es decir, si un diabético tiene un problema de salud y no encuentra hora en el consultorio, explica Castillo, es probable que espere hasta que el SAPU abra sus puertas -funcionan entre las 17:00 horas y la medianoche- para ser atendido.

Lo mismo pasaría con los padres que trabajan y que necesitan llevar a sus hijos al médico. "No existen disposiciones en la legislación laboral que les permita ausentarse de su trabajo para llevar a los niños a la consulta, por lo que muchas veces resuelven sus problemas yendo al SAPU", explica Inés Guerrero, presidenta de la Agrupación de Médicos de Atención Primaria.

Problemas médicos

Guerrero afirma que este tipo de situaciones está generando una gran sobrecarga en los médicos que se desempeñan en estos servicios, los que "pueden llegar a ver a 120 pacientes en una jornada".

Agrega que aunque la autoridad tiene la intención positiva de resolver la mayor cantidad de problemas de salud en la atención primaria, hoy no existen las condiciones para desarrollar esa labor con calidad (diversos estudios cifran en 1.500 el déficit de profesionales en los consultorios), lo que finalmente termina precarizando la atención que recibe la población.

"Esto hace que los colegas no quieran trabajar en los SAPU y que haya una alta rotación. Además, cada municipio paga lo que estima", acota, lo que provoca que muchos médicos migren entre comunas buscando mejores condiciones.

Mensaje "contradictorio"

Esto es asumido por el presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM) y alcalde de Maipú, Christian Vittori, quien explica que "muchas veces el mensaje de la autoridad de Salud es contradictorio. Se llama en el invierno a no acudir a las urgencias de los hospitales, pero si en los consultorios no hay médicos, no habrá cómo atenderlos".

Por eso, dice, trabajaron en varias medidas, "como la creación de 300 becas de médicos generales de zona para consultorios urbanos -hasta el año pasado estas quedaban reservadas para municipios rurales- y la ventana de dos años que se dio para regularizar la situación de unos mil médicos extranjeros y que puedan trabajar en la atención primaria". Aún así, reconoce que están "lejos de tener una atención óptima".

Con ello, afirma Vittori, la gente que queda sin atención en el consultorio recurre al SAPU. "Y así terminas desvistiendo un santo para vestir otro", concluye.