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Editorial
Lunes 02 de marzo de 2015
Nuevo enfoque para las isapres
Las posibilidades de hacer cambios importantes al sistema este año son, en todo caso, algo reducidas debido a las prioridades del Gobierno. En cuanto a los asuntos generales del país, la salud no figura entre las grandes reformas.
El recién asumido presidente de la Asociación de Isapres, Rafael Caviedes, de larga experiencia en el campo de la salud previsional, ha señalado que se debe buscar una aproximación nueva a las tareas de las isapres, más cercana a los conceptos de la seguridad social. Es, sin duda, un cambio sustancial en la posición que han sostenido estas entidades, las que por años se presentaron como un seguro de salud con pocas diferencias con un seguro privado. Así, ellas intentaban cuantificar el riesgo que significaba acoger a cada persona y cobraban una prima acorde con ese riesgo. De igual manera lo entendieron todos en el país y los parlamentarios que aprobaron de modo unánime una reforma a la salud que establecía factores de riesgo que debían servir para ponerle precio a la cobertura de cada persona. Pero existía también un aspecto de seguridad social en cuanto cada trabajador podía aportar el 7% obligatorio para salud para cubrir ese gasto.
No obstante, el cambio en la posición de las isapres refleja el descontento de algunos sectores importantes del país con el modelo de seguros. Tal incomodidad se ha ido extendiendo a lo largo del mundo, pues se ha comprendido que el esquema de los seguros de accidentes no puede ser aplicado sin mayores cambios a la salud. Si ese paradigma resultaba apropiado ante enfermedades agudas, como puede serlo una enfermedad infecciosa que se cura con antibióticos, es mucho más difícil de conceptualizar ante enfermedades crónicas, como podría serlo, por ejemplo, una enfermedad de Parkinson. Las incertidumbres en cuanto a los tratamientos y sus resultados terminan por afectar todo el sistema.
Pero nada de esto implica que el sistema deba evolucionar a un único asegurador estatal, sino solo que todas las personas deberían pagar según sus capacidades económicas y el fondo que se constituya debería compensar a las isapres que tengan mayor proporción de personas de alto riesgo. La competencia entre ellas parece importante para mantener los costos en niveles razonables.
También manifestó el flamante presidente de las isapres que sería conveniente establecer un plan garantizado de salud, lo que no es simple de poner en marcha, aunque sea fácil enunciarlo. Abordó, asimismo, la posibilidad de que todas las isapres se unan a la asociación, incluso las dos que se retiraron por diferencias insalvables que a la luz de los nuevos planteamientos parecen ir quedando atrás. En respuesta, uno de los ejecutivos disidentes señaló el conflicto de intereses con las isapres propietarias de clínicas, lo que no será fácil de resolver.
Las posibilidades de hacer cambios importantes al sistema este año son, en todo caso, algo reducidas debido a las prioridades del Gobierno. En cuanto a los asuntos generales del país, la salud no figura entre las grandes reformas y dentro del sector existen otros temas que coparán la agenda, desde la despenalización del aborto hasta las inversiones en infraestructura pública y la carencia de médicos especialistas.