Chris Kyle es considerado en Estados Unidos un héroe de la guerra contra Irak, esa monumental venganza por el ataque a las Torres Gemelas. El Pentágono le reconoce 160 muertes de enemigos en su condición de francotirador de las fuerzas especiales de la Armada, los comandos SEAL. Entre la invasión a Irak, en el 2003, y su retiro del servicio, en el 2009, Kyle estuvo cuatro veces en el frente de guerra, en particular en las ciudades más peligrosas ocupadas por los marines.
La película se inicia en uno de esos lugares, Faluya, donde la resistencia iraquí libra una dura lucha de emboscadas. Pero el director Clint Eastwood salta con rapidez hacia la infancia de Kyle, criado en Texas con un padre que divide a los hombres en tres categorías: las ovejas, que son los débiles y las víctimas; los lobos, feroces y depredadores; y los perros pastores, que son los que deben cuidar a los débiles. Esa sencilla taxonomía modela toda la psicología del primogénito.
Tras el atentado de 1998 a la Embajada de Estados Unidos en Kenia, Kyle (Bradley Cooper), que ya cumple 30, decide enlistarse en los SEAL. En el intertanto se enamora de Taya (Sienna Miller), se casa y tras una brevísima luna de miel parte a Irak. En el frente descubre la existencia de su némesis: Mustafá (Sammy Sheik), un tirador olímpico sirio que elimina a marines desde los mismos techos donde Kyle escudriña a sus enemigos. Esto cambia la visión de la guerra como una sucesión de bombardeos y combates, y la desplaza hacia la confrontación entre dos especialistas letales, una idea ya presente en Enemigo a las puertas (2001), donde la defensa de Stalingrado se resuelve entre el francotirador soviético Vasily Záitsev y el oficial nazi König.
Tomándose licencias respecto de la historia real, Eastwood sigue a Kyle en su obsesión por proteger a sus compañeros, en la tensión creciente de su matrimonio y en su desconcierto ante los ex combatientes que repudian la guerra. No busca su inconsciente (eso queda despachado en las escenas de infancia): su cine es behaviorista, se nutre de las conductas y persigue la expresión objetiva de las acciones para hallar allí su significado final. Kyle tiene un lado salvaje y un lado infantil, y ambos se muestran en lucha y bajo presión en cada minuto de la película.
El francotirador es el esfuerzo de un cineasta duro por comprender la manera en que una guerra remota transforma las vidas de los hombres duros. Tal como no
cabe dudar de la adhesión de Eastwood a la guerra -es el mismo hombre de derecha que apoyaba la invasión de Grenada en El guerrero solitario (1986)-, tampoco se puede dudar del dolor con que contempla las feroces secuelas de los que han vuelto a casa mutilados y trastornados. En su esforzada objetividad, es un filme triste y desconsolador, la película de un veterano conmovido ante el sacrificio de los jóvenes.
American sniper. Dirección: Clint Eastwood.Con: Bradley Cooper, Sienna Miller, Sammy Sheik, Kyle Gallner, Keir O'Donnell.132 minutos.