Las dificultades de realizar una biografía sobre Stephen Hawking (Eddie Redmayne) son evidentes, no solo porque el científico está vivo a sus 73 años, sino por su condición física y esa enfermedad que lo mantiene postrado y casi inmóvil sobre una silla de ruedas.
"La teoría del todo", además, tiene como base el libro de su ex mujer Jane Wilde (Felicity Jones): "Hacia el infinito: mi vida con Stephen Hawking", con la que se casó a mediados de los años 60, cuando su enfermedad había sido descubierta y el diagnóstico eran dos meses de vida.
Y pese a eso, Jane Wilde, la estudiante de literatura, se convierte en su mujer y luego en madre de sus tres hijos.
El médico que le da la mala nueva está sentado en un pasillo en el hospital y el director James Marsh filma su rostro en primer plano, es inmutable, tiene algo robótico, es frío y casi inhumano.
Al brillante estudiante de Cambridge le cabe el universo en la cabeza, pero sus piernas pierden fuerzas; las manos, destreza y el pronóstico es que su cuerpo se hará ingrávido, invisible y simplemente dejará de existir.
Lo único intacto será su memoria, pensamiento, cálculos y análisis y algo más, que está por verse: los sentimientos.
La película filmará el desvanecimiento de un cuerpo, sometido a jeringas y exámenes, porque está en la categoría del paciente.
En una habitación vacía y entre el vapor de una tina de baño con agua caliente.
Desplomado sobre una camilla y convertido en carne muerta.
Reptando por el suelo y arrastrándose por las escaleras.
Comiendo papillas y bebiendo a sorbos.
Esa piltrafa humana, sin embargo, es capaz de enfrentar la imagen de Dios e incluso puede discutirle la creación del Universo y la idea del todo.
Bajo este misterio principal, la película relata otros de menor magnitud, lo hace con distancia, pudor y elegancia.
Sin afrentas ni osadía y siempre de lejos: misterios como la naturaleza del amor, la energía sexual o el poder seductor del poder y la inteligencia.
Es por eso que la película se puede convertir en la historia de un menage a trois, retorcido y siempre contenido.
En otro momento es el científico que postrado y todo, aún es capaz de engañar a su mujer y convertir a su enfermera en su amante.
Autor de best sellers, figura estelar de la ciencia, estrella de la cultura e ícono de la inteligencia y la voluntad humana.
Stephen Hawking es todo eso, pero también algo más o algo menos, y "La teoría del todo" se mueve en una dirección que muchas veces se transforma en un callejón sin salida: la del genio.
Pero en esta historia no solo cabe el talento del genio, sino también sus tiranías, abusos y caprichos, donde el resto del mundo debe cumplir su parte, interpretar su rol, caer en el camino y conformarse con el destino de ser la mujer, el amigo o el hijo de un genio.
Y sobre esta suerte, o sobre esta maldita suerte, avanza "La teoría del todo".
"The theory of everything". Gran Bretaña, 2014. Director: James Marsh. Con: Eddie Redmayne, Felicity Jones, Maxine Peake. 123 min. TE.