El protagonista es un tanque Sherman, carro de combate duro y ligero, cinco tripulantes y una trayectoria guerrera que partió en África, siguió por Francia, pasó por Bélgica y ahora, en abril de 1945, acorrala, empuja y conquista los restos de la Alemania nazi.
La película presenta solo a cuatro combatientes, porque el quinto acaba de morir y están por recibir a un joven reemplazante.
Don (Brad Pitt) es el jefe, estratega y pedagogo, que está destruido emocional y sicológicamente, pero lo disimula.
Boyd (Shia La Beouf) maneja el cañón y es el de la puntería, pero también un hombre creyente y por eso su sobrenombre: "Biblia".
Gordo (Michael Peña) y Coon-Ass (Jon Bernthal) son la artillería, la mecánica y la fuerza bruta.
El recién llegado es un pacífico mecanógrafo que se llama Norman (Logan Lerman), y representa la carne nueva que tendrá que aprender a convivir con el horror de la contienda.
La especialidad del director David Ayer son los protagonistas con uniforme, desde policías en Los Angeles a un cuerpo de la élite de la DEA, y esta es la primera vez que se trata del Ejército.
Es la 2ª División Acorazada, su lema dice "Infierno sobre ruedas" y es un tanque Sherman averiado y dolido, contra una Alemania que es derrotada e invadida paso a paso y pueblo a pueblo.
La película subraya una vocación realista, procaz y sangrienta, porque quiere dar cuenta de un mundo terrible donde primero se dispara y jamás se pregunta nada.
La guerra es sin cuartel, porque los nazis se defienden con lo que tienen y los invasores ya perdieron escrúpulos, ganaron en crueldad y están demoliendo al enemigo.
Existe una larga secuencia con dos mujeres alemanas y una cena, donde se adivina en los diálogos y la situación, que el modelo y la inspiración son muy recientes: "Bastardos sin gloria" (2012) de Quentin Tarantino.
La película, entonces, se mueve por un escenario donde el dolor, la injusticia y la muerte no reconocen fronteras y eso la convierte en un relato temible y sin más límites que la locura y la carnicería.
Hay un discurso antibélico que recorre la historia y sus bordes son destructivos, porque es la dureza de la máquina de metal contra la carne tan blanda y mortal.
En este subgénero de hombres dentro de un tanque, quizás habría que mencionar dos títulos inevitables y notables: "Líbano" (2009), de Samuel Maoz, y "La bestia de la guerra" (1988), de Kevin Reynolds.
"Corazones de hierro", en su de- senlace, no pierde sus méritos, pero en algo decaen sus instintos básicos cuando se encarrila por los moldes más tradicionales de la arenga, el heroísmo y el sacrificio.
Esta es la historia, entonces, de un tanque Sherman que así como se convierte en una pequeña e invencible armada, también puede ser una tumba de hierro con la desesperación de la guerra y del entierro prematuro.
"Fury". EE.UU.-China-Gran Bretaña. 2014. Director: David Ayer. Con: Brad Pitt, Shia LaBeouf. 134 min. T.E.