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Cartas
Domingo 18 de enero de 2015
Cielos del norte amenazados
Señor Director:
Los cielos del norte de Chile ofrecen las mejores condiciones del mundo para las observaciones astronómicas, gracias a su claridad y oscuridad. Pero los telescopios, cuya alta sensibilidad nos permite estudiar las galaxias más distantes del universo y la formación de planetas como el nuestro, alrededor de otras estrellas en nuestra galaxia, pueden ver sus capacidades severamente limitadas por niveles de contaminación lumínica mal manejados.
En mayo de 2014 debió entrar en vigencia el Decreto Supremo N° 043/2012 del Ministerio del Medio Ambiente, que regula los niveles máximos de contaminación lumínica producida por las luminarias urbanas y la actividad industrial y minera en el norte del país. Ello no ha ocurrido, por retraso de las Superintendencias del Medio Ambiente y de Electricidad y Combustibles en definir los protocolos técnicos para la acreditación y certificación de luminarias. Agravando este problema, se ha dejado de aplicar la normativa antigua de regulación de niveles de contaminación lumínica (Decreto Supremo N° 686/1998 del Ministerio de Economía), por lo que por un vacío legal Chile no está protegiendo la calidad astronómica de sus cielos.
Ejemplo del enorme daño generado es la reciente instalación de 2.700 luminarias LED por parte de la Municipalidad de Chañaral, que no cumplen con ninguna de las dos normativas mencionadas. Situaciones como esta seguirán produciéndose a un alto costo económico asociado al futuro reemplazo de tales luminarias, y a un alto costo científico asociado al impacto en la calidad de las observaciones astronómicas que pueden hacerse en nuestro país.
Nuestros cielos atraen la instalación de los más grandes observatorios astronómicos del mundo con inversiones de miles de millones de dólares. Estos centros de investigación proveen de trabajo a cientos de personas en el país, fomentan la transmisión de tecnología, la formación de capital humano avanzado, la colaboración científica entre universidades chilenas y las más prestigiosas instituciones científicas del mundo, fortalecen la imagen de Chile en el exterior, pero sobre todo generan avances fundamentales en el conocimiento y entendimiento del universo.
La protección de nuestros cielos nocturnos debería estar entre las más altas prioridades del gobierno de Chile, especialmente del ministro de Medio Ambiente y de los superintendentes de Medio Ambiente y de Energía y Combustibles, en cuyas manos está la solución de este problema.
Guillermo Blanc
Profesor del Departamento de Astronomía
Universidad de Chile