Sus razones tendrá el grupo Il Telescopio di Galileo para denominarse así. El conjunto, dirigido por Miguel Ángel Castro, se presentó el viernes en la sala del Goethe con un repertorio que incluyó Biber, J. S. Bach y Geminiani. Toda música del pasado necesita de un instrumento que la acerque en tiempo y espacio a nuestro presente. En este caso, y siguiendo con la analogía astronómica, los músicos dirigieron su observación a la galaxia del Barroco en un intento por destacar la expresividad emocional de un estilo que reclamaba el poder y el deber de expresar las pasiones del alma. Para esto, en palabras del director, el grupo se ha propuesto poner en práctica conceptos musicales "que van a ser revolucionarios para mucha gente".
De H. I. F. von Biber (1644-1704), se escuchó la Novena Sonata, de las doce agrupadas en el "Fidicinium Sacro-Profanum", y la obra "Balleti Lamentabili". Con gran volubilidad, la primera composición contrasta procedimientos arcaicos (lo sacro) con gestualidad expresiva (lo profano). El "Balleti" es una suite de danzas enmarcadas en dos adagios (lo "lamentoso"). Muchas veces manierista, la originalidad del lenguaje se reveló, aunque en una interpretación que se habría visto beneficiada con mayor rango dinámico y contraposición de planos.
De Bach se oyó el Concierto en La Menor para violín, cuerdas y continuo, BWV 1041. La versión fue energética y transparente, con expresivas acentuaciones y dramáticos crescendos . Un pilar fue el solista Alexander Shitikov, dúctil y virtuoso, que transmitió su elocuencia a sus acompañantes y al público. La concepción general no fue tan revolucionaria como cabría haber esperado, pero la versión tuvo interés en todo momento, destacándose el lirismo conmovedor del Andante.
El Concerto Grosso sobre "La Follia" (Corelli), de Geminiani, permitió aquilatar las capacidades técnicas de cada uno de los intérpretes llevando el concierto a un exultante final.
Con la presencia de Lionel Party, clavecinista de gran trayectoria, y la conducción de Bravo, el grupo tendría garantizado un promisorio futuro. Hay camino por recorrer en cuanto a equilibrio, afinación y calidad sonora, pero debe decirse que la sala no contribuyó en estos aspectos. Igualmente, se puede estar expectante respecto de las "constelaciones" hacia las que el grupo dirigirá su telescopio en próximos conciertos.