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Cartas
Lunes 12 de enero de 2015
El aborto y la ética del riesgo
Señor Director:
Es gravísimo que algunos personeros procuren acelerar la actividad legislativa en una neurálgica materia para una democracia del siglo XXI. Me refiero a un proyecto de ley que legaliza el aborto en nuestra patria.
Reiteramos. Hay que distinguir entre el hecho de abortar y la eventual penalización de los actores (de uno y otro sexo). Distinguiendo ambas dimensiones, hay que afinar el debate público sobre la penalización de la gestante y eventuales coautores en un caso de aborto. Siempre con la debida y delicada consideración de la mujer violada y su inconmensurable dolor con múltiples consecuencias. Es indispensable entender, socorrer y acompañar en lo éticamente posible a la víctima abusada. Pero nunca, ni la sociedad ni el Estado pueden hacerse los tontos cuando una sola existencia humana es eliminada. Si se hace una sola concesión ética y se baja la guardia, la suma de excepciones diversas será un tobogán de imparables consecuencias. Hay diferencia metafísica en defender de la muerte al más débil de los débiles o hacerlo morir, con higiene o sin ella.
Algunos arguyen razones que debemos escuchar. Afirman que "huevo, cigoto y embrión" -en lenguaje médico- no son todavía sujeto humano, serían apenas un fenómeno biológico sin ningún destino ¡y con derecho a nada! Por tanto, no obligan a nadie a protegerlos de la muerte que les adviene sin culpa alguna.
El humanismo cristiano a lo Maritain, Mounier, Ricoeur y en la huella de grandes pensadores judíos pre y postholocausto reitera una milenaria sentencia. Se refiere a la ética del riesgo cuando se trata de asuntos de máxima gravedad. Toda acción moral requiere una evaluación previa de sus peligros inherentes. Estamos obligados a jamás devenir en asesinos objetivos. Si un cazador duda si aquello que se mueve entre el follaje es un animal de caza permitida, o pudiese tal vez ser persona humana... no puede disparar. La cacería se transformaría en frívolo asesinato. Mientras haya la mínima posibilidad de que el embrión sea de algún modo humano, es grave inmoralidad eliminarlo.
Si se apura el proceso del proyecto de ley veraniego... temas de vida y muerte no tienen la lógica del balance anual de un banco comercial.
P. Joaquín Alliende