Señor Director:

El médico griego Hipócrates de Cos, considerado "el padre de la medicina", separó el quehacer médico del religioso y estableció las bases de la profesión en un conjunto de normas éticas y de conducta en lo que se llama el "Juramento Hipocrático". En este se establece el cuidado de la vida desde su inicio hasta el fin, buscando siempre lo mejor para el enfermo, respetando su privacidad y el decoro.

Hasta el día de hoy, los médicos recién egresados de universidades chilenas realizan este juramento en su ceremonia de graduación.

Actualmente se está propiciando despenalizar el aborto, aceptando que se atente contra la vida humana inicial. Las razones objetivas son débiles; hay más bien argumentos ideológicos.

Curiosamente, algunos médicos en los más altos niveles de responsabilidad ciudadana lideran estas iniciativas. Contrasta esta actitud local con la del oncólogo Dr. Tabaré Vázquez, quien el año 2008 y siendo Presidente del Uruguay vetó el proyecto de ley de despenalización del aborto. Resumía su posición con esta frase: "El verdadero grado de civilización de una nación se mide en cómo protege a los más necesitados. Por esto debe proteger a los más débiles".

Este ejemplo de conciencia médica en un político socialista y masón nos muestra la importancia de la vida como valor supremo, más allá de posiciones políticas e ideológicas y que ojalá todos cuidásemos como un bien social mayor.

Dr. Joaquín Montero L.
Profesor titular Medicina UC