Después de cuatro años, Andrés Vio nos muestra -Galería Artespacio, segundo piso- los frutos de su profundización en la vibración cromática y en el despliegue protagónico del círculo. Así, multiplicada de modo concéntrico o en espiral, la circunferencia luce intensa dentro de formatos cuadrados, mayoritariamente inferiores al mediano y colocados en soportes de papel o tela. Pero junto a la irradiación marcada del color, los grises constituyen otro integrante principal. Con ellos se subraya el dinamismo lineal de cada composición. Acrílico, lápiz grafito, pastel, grabado, diminutos círculos de papel picado son los materiales. Su factura impecable con frecuencia los mezcla y, a veces, constituyen collages . Las delicadas texturas obtenidas -con o sin coloración- consiguen efectos textiles: ya de lana o terciopelo, ya de seda o de pelaje animal, ya frialdad de metal en el caso de los papeles pegados. Dentro de la exposición, atrae desde el primer momento un conjunto hermoso de nueve obras montadas a la manera de escalera descendente. Cerca de él, asimismo tenemos la riqueza lograda por los grises solos, en un atractivo trabajo que reúne cuatro circunferencias. En cuanto a la pieza de mayor tamaño exhibida, su apariencia de tapicería entreteje círculos de color, o carente de él, sobre un fondo de líneas rectas y ángulos de 90°, siempre grisáceos.
Aislados por el montaje, adquieren una exquisitez visual particular similares redondeces, vertidas con negros profundos, asomos de blanco y los intermediarios entre ambos valores. Por otro lado, ciertas superposiciones sutiles de planos crean una sensación de relieve más marcada que en la realidad. En tanto que una agrupación de amplias circunferencias se fragmenta en puntitos rojos y en neutros ocres y grises. Igual de bonitas se presentan cuatro cerámicas, cuya movilidad óptica se fundamenta en bien equilibradas secciones.
También algunas de las obras mostradas se evaden del círculo completo; en estos casos, la porción faltante adopta la curvatura justamente contraria. Es cierto que licencia semejante convence menos, sin embargo, ¿anuncia ella una voluntad de cambio para el futuro? Tampoco en todo lo expuesto falta el uso de la tercera dimensión. Se trata de construcciones hechas con pilas del diario "El Mercurio", en las cuales el vacío circular central se esculpe a través de un angostamiento de las dimensiones.
Bienvenido asomo a Gaudí
En el Centro de Extensión de la Universidad Católica, textos, fotografías con color y algunas maquetas nos ilustran, coherentes, sobre la obra global de Antonio Gaudí (1852-1926), el arquitecto de Cataluña. Asistimos, pues, a su desarrollo creador y a la conjugación en él de tendencias y épocas diferentes. Así, en unidad perfecta, su contemporáneo modernismo -según el país, art nouveau , secession, modern style- asimila una interpretación recreadora del gótico y la sujeción fecunda a modelos constructivos propios de la naturaleza. De ello resulta una arquitectura inquietante, a la vez agresiva y onírica. Sus notables síntesis estructurales introducen, por ejemplo, columnas inclinadas, de doble giro, hiperbólicas, arborescentes, salomónicas y, como capiteles, nudos compuestos o curiosos medallones con mucho de cristales simétricos. Respecto a cubiertas interiores, a ellas las marca un gótico nada más que gaudiano o bien emergen apariencias de flores dentadas cual ruedecillas de reloj; bóvedas convexas; arcos catenarios; poliedros irregulares en función de pináculos; torres que recuerdan colmenas, etc.
Por su belleza, siete nos parecen las edificaciones que obligan a detenerse aunque sea muy brevemente. En orden cronológico, al principio encontramos una relativa adhesión al historicismo, pues ya entonces se impone el sello personalísimo del maestro. De ese modo, mientras el Palacio Güell adhiere al modernismo, la Casa Calvet se apropia del barroco, al que añade detalles de orden vegetal, y la exótica Casa Vicens; esta ostenta una fachada de azulejos y un evidente aire árabe. Por su parte, fuera de Barcelona, en la Cripta de la Colonia Güell las masas de ladrillos adquieren corporeidad animal; por el contrario, carácter vegetal poseen los mosaicos y azulejos del Parque Güell. Una policromía de verdes y azules propia de la flora marina e insinuaciones de esqueletos y huesos de grandes peces proporciona la Casa Batlló, especie de producto arquitectónico del surrealismo. Asimismo esta última orientación estética empapa la Casa Milá o Pedrera, a través de la visceralidad de sus líneas ondulantes exteriores, de su ornamentación de fierro -hojarasca desintegrándose-, de sus chimeneas como figuras humanas en plena metamorfosis. No obstante, la obra maestra de Gaudí es la Basílica de la Sagrada Familia, verdadero himno a Dios de un creyente verdadero. Ahí, sus audacias técnicas, su fantasía inagotable, su expresividad misteriosa alcanzan rango monumental. Derivada de esa cumbre arquitectónica resultan las maquetas para la capilla rancagüina Nuestra Señora de los Ángeles. Anhelamos su pronta inauguración.
"La naturaleza del gesto"
En Andrés Vio, el círculo como protagonista de mil caras.
Lugar: Galería Artespacio.
Fecha: Hasta el 10 de enero de 2015.
"Gaudí, el arquitecto y la forma"
Atractiva aproximación documental al arquitecto de Cataluña y de nuestra Rancagua.
Lugar: Centro de Extensión de la Universidad Católica.
Fecha: Hasta el 24 de enero de 2015.