Para nadie es un misterio lo compleja y difícil que se torna la relación padres-hijos en la adolescencia. La búsqueda de autonomía y de diferenciación con sus padres es una fuente de choques y conflictos constante, que suele romper fuertemente la armonía y el equilibrio familiar. Los padres intentan ejercer su autoridad y poner límites, lo que se encuentra muchas veces con una resistencia francamente hostil por parte de los hijos. Con frecuencia ello genera en los padres respuestas violentas, que solo logran empeorar la situación, creándose una escalada de agresión que resulta difícil de detener. La impulsividad de los adolescentes pone en riesgo su seguridad, y por supuesto es legítimo que los padres se preocupen y se mantengan en alerta. Aunque puede ser muy difícil, es necesario mantener la serenidad ante los conflictos, lo que no significa ceder, pero sí mantener la calma y cuidar los vínculos, no diciendo cosas de las que después podamos arrepentirnos. Las palabras que se dicen en un momento de ofuscación, no se pueden borrar jamás.
El libro de la escritora sueca M. Jungstedt "La falsa sonrisa" ahonda en la difícil y frustrante relación del comisario Anders Knutas con sus hijos adolescentes. Y la siguiente descripción de la autora hará sentirse a muchos padres identificados: "Aprovechando que hacía buen tiempo, había llevado a los gemelos al campo de golf de Kronoholmem para disfrutar de un par de horas en familia. Muy pronto comprendió que debería haber sido más realista. Ambos se hallaban en la mitad de una delicada pubertad y padecían ataques de ira al menor contratiempo. Los últimos seis meses habían sido insufribles. Con solo preguntarle a Petra si quería jugo con el desayuno, ella le espetaba un: "¡Por Dios, papá, qué pesado eres!". A Nils le parecía una osadía que le preguntara cómo había estado el entrenamiento de fútbol. No se podía jugar con dos adolescentes en pleno caos hormonal"... A veces pensaba que no era un buen padre. Ya no entendía a sus hijos".
Las reflexiones que le hace la madre de los gemelos a su marido resultan especialmente certeras y coinciden con los hallazgos de la psicología de la adolescencia: "Eso se llama emancipación... Lo único que se puede hacer es tranquilizarse y conservar la calma... Pero piensa que es una etapa. Ahora te toca pasar el peor momento. Necesitan alejarse de ti para encontrarse a sí mismos. Tómatelo con calma, pasará. Liberarse les resulta doloroso, para superarlo tienen que despreciarnos durante un tiempo. Es perfectamente natural".
Palabras sabias, pero sin duda difíciles de llevar a la práctica. Ciertamente si se logra superar esta etapa con sabiduría, conservando algunos espacios fuera del conflicto, poniendo los límites y dando la contención emocional que requieren, se superará y la relación podrá navegar por aguas más tranquilas.