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Editorial
Viernes 28 de noviembre de 2014
El liderazgo femenino
El salto adelante en cuanto a equiparidad es inmenso. Pero aún subsisten muchas rigideces que para miles de mujeres dificultan la compatibilización del trabajo y la familia...
Por más de una década, "El Mercurio", en conjunto con la organización Mujeres Empresarias, ha impulsado iniciativas destinadas a destacar el liderazgo femenino en los más variados ámbitos de la sociedad chilena, dando visibilidad a una tendencia de creciente participación de la mujer. Así, por 14° año consecutivo, mediante la votación a lo largo del territorio de miles de lectores en los portales correspondientes y por veredicto de un jurado de excelencia, se ha distinguido a 100 figuras femeninas que durante 2014 sobresalieron en muy diversas actividades -con la Presidenta de la República a la cabeza-, en las categorías de empresarias y ejecutivas, servicio público y social, profesionales y académicas. Su nómina, difundida en días recientes, muestra una dinámica renovación y fortalecimiento de los contingentes de mujeres que ocupan rápidamente los lugares más altos de la actividad nacional en todos los terrenos. Es gigantesco el cambio en esta materia en el siglo transcurrido desde el término de la I Guerra Mundial, momento en que la mujer comienza a asumir en Occidente un rol social a la par del masculino.
Hoy, entre nosotros, felizmente resulta ya natural que sean mujeres las dos más altas autoridades nacionales, y que se desempeñen en todos los cargos públicos. Apenas un siglo atrás, las mujeres luchaban por el derecho a voto en las democracias más avanzadas del mundo; ahora, ningún ámbito de la vida pública y privada les está vedado. El "factor mujer" es la nueva locomotora que tira de la economía mundial, advierte el Monitor Global del Emprendimiento. De hecho, este año las distinguidas incluyeron a muchas ejecutivas en la cumbre de empresas públicas y privadas, y en las máximas responsabilidades gremiales y sindicales. Y su proporción es notoriamente mayor que cuando se inició este certamen, hace menos de una década y media, lo cual sugiere que está comenzando a perder base el reparo de que la incorporación femenina a la alta dirección privada marcha a ritmo más desfavorable que la pública. Otro tanto ocurre en las ciencias, las artes, el deporte, la acción social. Incluso bastiones que hace pocos años se presumían masculinos con exclusividad hoy ya no lo son, como las Fuerzas Armadas y de Orden, y el boxeo tiene hoy en Chile a una campeona mundial.
El salto adelante en cuanto a equiparidad es inmenso. Pero aún subsisten muchas rigideces que para miles de mujeres dificultan la compatibilización del trabajo y la familia. Leyes obsoletas, criterios anticuados, falsos proteccionismos que terminan perjudicándolas, prejuicios anacrónicos, son todavía obstáculos que deben removerse, mirando al futuro desarrollo global. Es anticipable que, más pronto que tarde, las mujeres sabrán dejarlos atrás.