"Parece una guerra, y es una guerra. O por lo menos así lo entiende el gobierno de Cristina Fernández. Es ella contra los jueces. Los jueces, a su vez, han perdido la paciencia. Por primera vez, el nombre de la Presidenta está en un expediente judicial por presuntos hechos de corrupción. Esa investigación podría concluir en una causa por lavado de dinero".
"El gobierno amenaza con quitarles poder a los jueces y decapitó a la conducción administrativa del Consejo de la Magistratura. El cristinismo se está convirtiendo en un partido antisistema. Se está volviendo una facción política que agrede a la democracia con los mecanismos de la democracia".
"Nadie se hace rico por tener varios departamentos o casas en Santa Cruz. Los Kirchner conocieron la verdadera riqueza, según sus propias declaraciones juradas, desde el poder, cuando se hicieron cargo de la administración de los recursos públicos provinciales o nacionales. Esta es una certeza que contiene una conclusión devastadora: ningún gobernante se hace rico en el gobierno inocentemente".
"Lo único nuevo es que los jueces comenzaron a investigar. El allanamiento del jueves pasado a la ficticia oficina capitalina de Hotesur, la empresa que administra los hoteles de la Presidenta en la Patagonia, fue una decisión que ningún juez hubiera imaginado hace solo seis meses".
"Al juez federal Claudio Bonadio le bastó una semana para resolver el allanamiento. La causa entró a su juzgado como consecuencia de una investigación del programa de Jorge Lanata, y en la tarde del jueves la justicia abrió las puertas de una oficina vacía".
"El problema de Cristina es que hay otra empresa investigada, Valle Mitre. Esta pertenece (al empresario) Lázaro Báez, quien pagó gran parte de las habitaciones de los hoteles presidenciales mediante contratos anuales. Se pagaron varios millones de pesos en poco más de un año y nadie sabe si las habitaciones de esos hoteles fueron usadas o no".
"Los jueces federales creen que van por ellos y por sus sueldos. El gobierno le debe al Consejo de la Magistratura unos US$ 176 millones. Los magistrados cobraron con atraso el último sueldo; podrían atrasarles también el pago del aguinaldo. ¿El sueldo a cambio de impunidad? El cristinismo es capaz de eso y mucho más".
"'Nos quieren destrozar, partirnos por la mitad', decía un juez el miércoles pasado. Otro juez se sinceró brutalmente: 'Vinieron por mí. Yo iré por ellos', adelantó, después de recordar una investigación kirchnerista en el Consejo de la Magistratura. Un día después, un torbellino de empleados judiciales allanaba la oficina de una empresa que está a nombre de Cristina Kirchner. Tal vez haya sido solo el principio de algo que no podemos imaginar".
Joaquín Morales SoláLa Nación/ Argentina/ GDA
Extractos de análisis.