Señor Director:

Hace 125 años, en 1889, se creó el Instituto Pedagógico, instalado inicialmente en el Ministerio de Instrucción para incorporarse en 1890 a la Universidad de Chile.

El esquema educacional del Instituto Pedagógico combinaba de manera pionera y a alto nivel la formación pedagógica con la formación en las disciplinas a enseñar, y se transformó en un referente para formar profesores en el país y Latinoamérica. La amputación de su Instituto Pedagógico, en 1981, dejó incompleta a su alma máter -algo no reparado en democracia-, dañando severamente la calidad de la educación pública y la formación de nuestros profesores al aislar la educación de las demás disciplinas cultivadas por la universidad.

Después de 33 años se sigue evitando hablar del tema. ¿Es que ahora son válidos los argumentos políticos, ideológicos, económicos y mercantiles que tuvo la dictadura para cercenar de la Universidad de Chile a su Instituto Pedagógico? Si ahora lo son, nuestras respectivas comunidades debieran reconocerlo públicamente y hacerse responsables de esto ante su historia y el país.

El éxito de la reforma educacional que ha planteado la Presidenta Bachelet para mejorar la calidad y equidad en la educación pública que reciben nuestros niños y niñas se juega en el aula, y ahí son fundamentales la formación pedagógica, disciplinaria y valorativa de los profesores, y el respeto, dignidad, condiciones de trabajo y confianza que ellos reciban. Este desafío país apela al sentido republicano y a las comunes raíces y heridas de las comunidades de la Universidad de Chile y de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), para concordar la manera en que esta última se reintegre a su alma máter y desarrollar así, con un fuerte compromiso del Estado, un proyecto de envergadura y trascendencia para mejorar sustancialmente la formación inicial y el desarrollo profesional de los profesores y la investigación en educación, según los más altos estándares y las mejores prácticas internacionales.

A 125 años de la creación del Instituto Pedagógico, no es aceptable que el tema de la calidad de la educación pública y la formación de los profesores siga ausente de la discusión educacional, mientras que los niños y niñas más pobres continúan siendo la moneda de cambio de esta insensibilidad que los condena.

Víctor Pérez Vera
Ex rector Universidad de Chile