Como sacado de una novela de Orwell, dos de las compañías tecnológicas más grandes del planeta -Apple y Facebook, segunda y quinta en la lista de los empleadores más deseados, según Business Insiders- pagarán los procesos de congelación de óvulos a sus empleadas. De hecho, Facebook ya comenzó en enero de 2014 con este programa y Apple lo hará a partir de 2015. El objetivo: "Atraer más talento femenino a sus filas para que inviertan el mayor tiempo de su edad fértil en el trabajo, pospongan la maternidad, pero sin sacrificar el deseo de convertirse algún día en madres".

Ante la polémica, ambas empresas aclararon que esta cobertura médica es parte de un abanico de políticas pro empleados. Solo por nombrar algunas: Facebook entrega un bono de US$ 4 mil para los nuevos padres, junto con cuatro meses de permiso pagado de posnatal. Apple da un posnatal pagado por 18 semanas y apoyo en casos de tratamientos contra la infertilidad.

No creo que los impulsores de esta medida hayan tenido en mente condicionar las perspectivas laborales femeninas a su opción reproductiva, pero convengamos que al menos esta nueva política transmite un mensaje confuso: ¿La carrera femenina es incompatible con la maternidad? ¿Habrá que congelar óvulos para ascender o ser exitosa? Si no congelo mis óvulos, ¿será una señal inequívoca para mi empresa de que no tengo ambición, que no me interesa ascender?

Ya sabemos que en Silicon Valley la presencia femenina escasea. En Apple, el 70% de los 98 mil empleados son hombres, porcentaje muy similar al de Facebook. ¿La opción de congelar óvulos cambiará este panorama? Por cierto que no. La imagen híper masculinizada de esta industria seguirá intacta. Porque el cambio que debe venir es cultural, no biológico. La cultura laboral de las empresas aún reproduce estilos del pasado, tal como demuestran las desafortunadas declaraciones de Satya Nadella, alto ejecutivo de Microsoft, quien aconsejó a las mujeres no pedir aumentos de sueldos, porque con "esfuerzo y trabajo, todo llega"; algo así como un karma salarial. Otro dato más: según el Foro Económico Mundial, recién en 2095 habría igualdad salarial en el planeta. Faltan nada menos que 81 años.

Es válido que algunas mujeres no quieran tener hijos, posterguen su maternidad o la asuman tempranamente. No hay un único camino. Pero no creo que el beneficio de congelar óvulos sea la mejor política para impulsar la carrera de las mujeres. Sí lo es generar una cultura donde criar y avanzar a la vez también sea una meta esencial. Una empresa puede decirnos qué espera de nuestro rendimiento, pero no tiene derecho a decirnos cuándo es el momento preciso para tener o no un hijo.

Pilar Segovia