El peligro de tomar un producto como "Maldito amor", describir su "historia", sus "personajes" y luego emitir un juicio es que contribuiremos a la farsa de que esto es una película, cuando la verdad es que no lo es. Si somos generosos, es una serie de sketches que giran más o menos en torno al mismo principio, hasta que todo termina porque sí: Un perdedor sin personalidad (Sebastián Badilla) está obsesionado con conquistar a su mejor amiga, y con el fin de sacarle celos ¿contrata? a una chica popular (Kel Calderón), que no solo lo soporta sino también lo ayuda sin ninguna motivación explicable en palabras. Todo mientras un asesino enmascarado mata personajes interpretados por rostros de televisión como Diana Bolocco o Cristián Sánchez. Esta vez los realizadores ganan puntos en ambición, hay que reconocerlo. El tradicional "placement" está levemente más escondido que antes, hay escenas de asesinatos "inspiradas" en películas de terror conocidas por lo que la realización se siente más cuidada, y por momentos pareciera que el panorama no será tan nefasto. Pero la incompetencia en todo el resto de la realización, las actuaciones de tarea audiovisual de colegio y el nulo humor que sin ningún tacto cae en el clasismo y la peor misoginia, dejan este "producto" entre la vergüenza ajena y el dolor de perder estos cien minutos que nunca más volverán.
"Maldito amor". Chile, 2014. 100 min. TE.