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Cartas
Viernes 31 de octubre de 2014
General René Schneider Chereau
Señor Director:
He querido recordar a quien fuera mi padre, el general de Ejército René Schneider Chereau, comandante en jefe del Ejército durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, entre el 27 de octubre de 1969 y el 25 de octubre de 1970, fecha en la cual muere producto de un atentado.
Es importante destacar su gran valor para enfrentar todo tipo de presiones y ataques de quienes no entendían el rol de las Fuerzas Armadas, y en particular del Ejército, confabulados por intereses mezquinos y conveniencia personal.
El general Schneider era un hombre de honor, siendo sus principales virtudes la honestidad, la autenticidad, coherencia en su actitud, de gran valor humano, un militar completo. Era lo que el Ejército y el país requerían para enfrentar la grave crisis que se estaba generando, y en particular, en la que estaba sumida la institución.
Al asumir el mando del Ejército, posterior al movimiento denominado Tacnazo, su primer mensaje se enfocó en dar tranquilidad y confianza a sus subordinados, enfatizando el deber ser y una doctrina institucional, la que se conoció como la "Doctrina Schneider".
No evadió su responsabilidad, enfrentando todas las presiones con gran valor y muestras de liderazgo, siendo un acto más de heroísmo entregándose finalmente al Ejército y a su patria.
Ese liderazgo lo retrata exactamente, ya que las directrices entregadas por él se cumplieron plenamente. Su institución se mantuvo en forma irrestricta tras los postulados constitucionales.
Hasta nuestros días observamos que su crimen ha quedado en la más increíble impunidad. Sus victimarios no han pagado ante la justicia.
Sin embargo, quiero dejar claramente establecido que no existen en nuestra familia rencores ni deseos de venganza.
Nos hemos quedado con las enseñanzas de valores y principios que permanecerán infinitamente en sus hijos, nietos y en las nuevas generaciones tanto de civiles como de militares, sirviendo de esperanza para nuestras almas, en esta sociedad que como nunca necesita de ejemplos como estos.
Quiero agradecer a mi padre por lo que nos legó, por aquello que representa un camino de hombre íntegro. Reconocemos en él el amor a su familia, a su Ejército, a su país y sobre todo el ejemplo de "un hombre de honor y de una gran lección de vida".
Víctor Schneider Arce