Señor Director:

El sábado 25 de octubre se efectuó una marcha para exigir cambios a la reforma educacional, convocada por la Confederación de Padres y Apoderados de Colegios Particulares Subvencionados (Confepa). Uno de los aspectos que critican es la eliminación del financiamiento compartido. En su sitio web argumentan que "Contrario a lo que se dice, (con el fin del copago) se aumentará la segregación, ya que muchos colegios subvencionados deberán pasar a ser particulares pagados y muchas familias no podrán acceder a ellos".

Si bien es cierto que algunas escuelas podrían transformarse en particulares pagadas (PP), evidencia reciente generada por el Instituto de Políticas Públicas UDP, sugiere que tener un colegio PP es un negocio riesgoso, lo que hace poco probable un cambio masivo de establecimientos desde el sector particular subvencionado (PS).

De acuerdo a estos datos, de los cerca de 400 establecimientos PP que abrieron entre 1993 y 2007, casi el 30% cerró en menos de cinco años. En muchos casos el cierre de estos colegios se debió a un alto porcentaje de morosidad por parte de las familias. Esta cifra contrasta con el 4% en el sector PS con fines de lucro. En este sentido, la subvención es un ingreso seguro, lo que reduce considerablemente la incertidumbre que enfrentan las escuelas.

En lo que sí estamos de acuerdo con la Confepa es que los colegios PP son la principal causa de la elevada segregación escolar en Chile. Por ello, lamentamos que el ministro Eyzaguirre, quien calificó la segregación como "una herida profunda al alma de Chile", no haya impulsado cambios en este sector, limitando la capacidad de la reforma para lograr un sistema educativo más inclusivo.

Humberto Santos
Investigador del Instituto de Políticas Públicas Fac. de Economía y Empresa, U. Diego Portales