El Mercurio.com - Blogs : Evo Morales, otra vez reelegido
Editorial
Martes 21 de octubre de 2014
Evo Morales, otra vez reelegido
Mientras el Presidente Evo Morales no dé un giro razonado a su gestión, no solo el futuro de Bolivia seguirá amagado, sino que también sus relaciones con Chile...
El Presidente Morales, como otros mandatarios del ALBA, ha sido reelegido por tercera vez y todo indica que busca perpetuarse en el poder. El resultado final de los escrutinios presidenciales de Bolivia lo sabremos en las próximas dos semanas. La maquinaria oficial cuenta los votos y es probable que sumen cerca del 60% y cerca de dos tercios del Congreso frente a una oposición dividida y de escasa significación.
Morales tiene a su favor un impresionante crecimiento de la economía boliviana y un presupuesto fiscal equilibrado gracias al extraordinario aumento del precio y de las exportaciones de gas. Este balance le ha permitido disponer de ingentes fondos para reducir sustancialmente la pobreza mediante un asistencialismo que tiene capturada a una parte significativa del electorado de Bolivia.
La positiva dimensión económica boliviana ha sido dilapidada por Evo Morales, que solo se ha preocupado de capitalizarla para eternizarse en el poder, en vez de crear instituciones, dar sustentabilidad al desarrollo de Bolivia e integrarla al resto del mundo. Ferviente seguidor de Hugo Chávez, a quien le ha dedicado su último triunfo político, practica la autocracia, promueve la autarquía latinoamericana del Mercosur, descalifica a la Alianza del Pacífico como un instrumento del imperialismo y se niega a la cooperación internacional para combatir el narcotráfico, fuente incuantificable de recursos y de criminalidad. La realidad es que Bolivia está calificada como uno de los países más corruptos del mundo, destaca por la inseguridad jurídica que obstaculiza las inversiones, y está pronta a ser considerada la mayor productora de cocaína. Lo anterior no es extraño cuando el Jefe de Estado preside los sindicatos cocaleros.
Es muy probable que la incompetencia e ideologización de Evo Morales para manejar los hidrocarburos tenga un desenlace parecido al de Venezuela y al de muchos países africanos pródigos en petróleo y gas, que, por carecer de instituciones y equilibrios constitucionales, aprovechan los recursos en el solo interés de los gobernantes, privando de sus beneficios al grueso de la población.
La locuacidad inflamatoria del mandatario boliviano no lo exculpa de las reiteradas ofensas a Chile, a sus presidentes y a otros de la región; de su pretensión de crear divisiones y barreras ideológicas en el continente; de la permanente utilización de la política exterior para fines electorales; del constante rechazo al diálogo con Chile, y de su transgresión del derecho internacional, como lo testimonia su artificiosa demanda ante La Corte de La Haya, destinada a alterar la frontera nacional. Mientras el Presidente Morales no dé un giro razonado a su gestión, no solo el futuro de Bolivia seguirá amagado, sino que también sus relaciones con la comunidad de naciones y, por cierto, con Chile.