Un permanente desafío para las autoridades responsables de nuestros museos nacionales ha sido procurar su desarrollo integral, de manera que sean centros dinámicos de nuestro patrimonio artístico, ofreciendo un entorno atractivo tanto para los visitantes nacionales como para los extranjeros. Problemas de mantenimiento, infraestructura, financiamiento y conservación de sus colecciones permanentes dificultan -muchas veces- una actualización acorde con las nuevas demandas del público. En este contexto, un grupo de expertos ha sido congregado para repensar el "guión" que debiese perfilar la muestra permanente del Museo Histórico Nacional, mediante la cual se narra la historia de Chile, resaltando sus características y rasgos que han ido conformando nuestra identidad nacional. El objetivo de estos encuentros académicos periódicos es analizar dónde poner los énfasis y qué valores resaltar. Ejemplificador para estos efectos resulta la experiencia del Museo del Prado de Madrid, uno de los 10 museos más visitados del mundo que -en el último tiempo- ha logrado multiplicar sus audiencias y expandir sus colecciones, bajo la gestión de su director, Miguel Zugaza, quien -en 12 años en el cargo- ha contado con el respaldo de sucesivos gobiernos y logrado un consenso político que se ha traducido en un mandato profesional y estable que ha redundado en un gran desarrollo de la institución. Pese a las dificultades derivadas de la crisis económica española, el Museo del Prado ha conseguido autofinanciarse en un 70 por ciento y ampliar sus audiencias tanto en lo que se refiere a las visitas de sus salas como a través de sus canales online . De hecho, cuatro mil estudiantes chilenos se beneficiarán con los "recorridos virtuales" y las charlas de expertos del museo español, en una iniciativa conjunta entre esa institución y organismos privados.

La creciente demanda por la actividad cultural plantea la necesidad de contar con museos que ofrezcan al visitante una experiencia gratificante y constructiva. La información rigurosa y accesible, la disponibilidad de sistemas de audioguías y otras múltiples actividades complementarias son necesarias para replicar la riqueza contenida en las salas y así atraer a nuevos y exigentes públicos, pues en ello radica su calidad.

La reflexión en torno a la muestra del Museo Histórico Nacional puede ser una oportunidad para reforzar una de las colecciones más valiosas de nuestro patrimonio. Su valor pedagógico y testimonial debiera ser fortalecido desde una mirada profesional que comprenda la riqueza de nuestra historia en su integridad.