La moda hollywoodense de contar los "orígenes" de personajes populares está como vampiro. Inmortal y con ganas de seguir chupándole la sangre a los espectadores. Esta vez le toca a Drácula, el célebre y enamoradizo vampiro que es partes iguales alma torturada y monstruo genocida, que según esta película además era un valiente guerrero capaz de sacrificar su alma por su mujer, su hijo y su pueblo. La intención es noble, y las batallas épicas a lo "Señor de los Anillos" tienen buenos momentos de carnicería digital, pero poco a poco la película empieza a privilegiar los planos espectaculares por sobre el sentido, y los gritos de "¡Noo!" de Luke Evans se acercan peligrosamente al ridículo (quizás este es uno de esos clichés que Hollywood debiera jubilar). Entretiene sin nunca acercarse al personaje original, pero sacrifica demasiadas cosas (lógica, buen gusto, sentido común) para meter otro duelo de espadas más. Bela Lugosi se retuerce en su dormitorio.
"Dracula Untold". EE.UU., 2014. 93 min. TE.