Señor Director:

"El Mercurio" de ayer publica una extensa entrevista a nuestro camarada Gutenberg Martínez como una síntesis de sus puntos de vista y que por su principalía pública y su condición de consejero nacional aparece como la voz casi oficial de la Democracia Cristiana.

Eso no es así. Más aún, la Junta Nacional aprobó unánimemente un voto contrario a las ideas planteadas en la entrevista y "El Mercurio" publicó nuestra rectificación. Hoy debemos recurrir a este mismo expediente porque la política requiere verdad sobre los hechos y visión del futuro sobre las consecuencias de la primera. No se necesita ser futurólogo para pronosticar la ruptura de la Nueva Mayoría y el fracaso del Gobierno si se plantea como una alianza a cuatro años, sin mínimos consensos, y que volviéramos, para la DC y los otros partidos, a un escenario de los tres tercios. Para la DC, las alternativas serían el camino propio, con centristas de dudoso aporte, o la alianza con la derecha ¿A eso se quiere llegar bajo una propuesta creadora?

La historia de los últimos 40 años ha sido categórica para mostrar el valor de la Concertación como testimonio eficiente para derrotar a la dictadura, y el valor de la Nueva Mayoría para construir un mejor país. Negar la Concertación es un error histórico; quedarse en ella es una arteriosclerosis política.

Para los firmantes de estas líneas no es nuevo que se nos rotule de retrógrados, infantilismo o ingenuos. Ya nos sucedió el 13 de septiembre de 1973, al condenar el golpe militar. No es este lenguaje leninista con el que se fundaron la Falange Nacional y la Democracia Cristiana. No es la enfermedad infantil del izquierdismo lo que permitió el triunfo de Frei y de la Revolución en Libertad hace cincuenta años. No es la ideología de la guerra, sino la de la paz, la que comprometió a Jacques Maritain con la Declaración Universal de 1948.

Reafirmamos la esencia de nuestro proyecto histórico, sustentado en una visión doctrinaria e ideológica humanista cristiana, y ponemos toda nuestra energía y voluntad al servicio del pueblo en pos de conseguir las mayorías suficientes que hagan posible la transformación profunda de nuestra sociedad.

No dejaremos de señalar la oportunidad que tenemos hoy para hacer lo que no pudimos hacer 50 años atrás porque nos negaron la sal y el agua. Si la Nueva Mayoría ha de fracasar o darla por muerta, que sea por otros y no por nosotros.

La DC ha sido, es y será una idea fuerza que cambió la visión y los métodos políticos. No tenemos alma de sepultureros ni somos "retro", y no reconocemos líderes para calificarlos bien o mal.

Mariano Ruiz-Esquide
Belisario Velasco
Ignacio Balbontín
Juan Manuel Sepúlveda M.
Rodolfo Fortunatti
Alejandra Miranda
Héctor Gárate
Jorge Consales
Pedro Hernández G.
Ricardo Moreno D.
José Soto S.
Pilar Mallea
Patricio Huepe G.
Alejandro González G.
Diego Calderón
Carlos Aparicio P.
Ramón Mallea A.