Leslie Ayala y Pedro Lezaeta

"Muerte al estado policial" repetía gritando ayer cerca del mediodía Juan Flores Riquelme, cuando era trasladado al Centro de Justicia, junto con Nataly Casanova Muñoz y Guillermo Durán Méndez, todos detenidos de madrugada en La Pintana por su presunta conexión con los atentados al metro Los Dominicos, la Primera Comisaría de Santiago y el Subcentro de Escuela Militar, hechos ocurridos este año.

Terminaba así un operativo policial realizado por 221 carabineros que implicó seis allanamientos simultáneos en la capital, y permitió la captura de Flores. Para la Fiscalía Sur, este hombre de 22 años es el principal sospechoso de haber instalado las bombas en estos tres atentados. Entre ellos, el más grave ocurrido el 8 de septiembre en el centro comercial aledaño a la estación Escuela Militar y que dejó a 14 personas lesionadas.

El imputado no era un desconocido para los tribunales de justicia. En octubre de 2013, el 7° Juzgado de Garantía de Santiago lo condenó a 3 años y un día por el delito de robo con intimidación y -según registros del Poder Judicial- recibió el beneficio de la libertad vigilada, prerrogativa que estaba cumpliendo al momento en que habría ejecutado los ataques que le atribuye la Fiscalía Sur.

Con dicho beneficio, otorgado por los tribunales, se supone que Flores debería haber estado sometido a un régimen de rehabilitación de un organismo técnico de Gendarmería, ya que en eso consiste esta dispensa.

Uso de la Bip!

Fuentes policiales indicaron que el imputado logró ser individualizado gracias, entre otras, a las pericias que el Laboratorio de Carabineros (Labocar) realizó a una boleta de recarga de tarjeta Bip! que fue hallada semicalcinada en la bomba que estalló en un vagón del metro en la estación Los Dominicos, ocurrido el 13 de julio.

El análisis a la boleta estableció que el usuario de la tarjeta podía estar ligado al atentado, por lo que luego de obtenerse su número de serie, se comenzó a monitorear en qué zonas y trayectos era usada. Como el registro de ingreso a los torniquetes no está "en línea", los agentes policiales debieron efectuar vigilancias en puntos específicos, como la estación intermodal de La Cisterna.

Estos monitoreos en terreno permitieron a la policía detectar el paso de Flores por esas instalaciones. No obstante conocer su rostro, no sabían su identidad. Para atar ese cabo suelto, los policías llevaron a cabo un control de identidad a una persona que se juntó con el imputado. Esta resultó ser un familiar y con ese antecedente se dio con el nombre de Flores y dónde vivía.

A esa pista se sumaron los resultados del cotejo los registros de cámaras de vigilancia de Los Dominicos y del Subcentro. Esa comparación, denominada biométrica y morfológica, habría arrojado que se trataba de una misma persona la que había cometido ambos ataques.

En la Primera Comisaría quedó también registro de la eventual participación de Flores, lo que sería igualmente corroborado, como lo pretende el Ministerio Público, con los exámenes morfológicos que están en curso y que serán ventilados el próximo martes cuando se realice la audiencia de formalización.

Las evidencias antes descritas dan cuerpo, en gran parte, a la tesis del Ministerio Público de que Flores sería el presunto "colocador" de los artefactos que estallaron.

Entonces, entre miércoles y jueves de la semana pasada, la policía informó a la fiscalía que el caso entraba en una fase final.

Los datos recopilados también habrían fijado a Nataly Casanova en el ataque en Los Dominicos, en una presunta calidad de ayudista. Además, surgió una línea investigativa respecto de que Durán pudo tener, eventualmente, un nexo con el ataque en un cuartel policial de El Bosque el día 12 de agosto, cuando se puso la bomba en la Primera Comisaría.

En este punto, con las identidades en manos de la policía, todavía faltaba saber dónde estaban estas personas.

Eso se logró el lunes en la tarde, cuando se localizó la casa de La Pintana y otras cinco más a las que se dio la clasificación de posibles escondites de los imputados.

El martes, cerca de las 21 horas, el fiscal metropolitano sur, Raúl Guzmán, recibió dos datos que activaron el operativo policial: le informaron que los tres imputados estaban juntos en la casa de La Pintana y además se le dijo que había un rumor en la prensa de que venían novedades en el caso.

Ante alguna posibilidad de evasión, la fiscalía pidió las órdenes al 15º Juzgado de Garantía y un par de horas después se materializaron las capturas.

A todo lo anterior se suma que Carabineros está trabajando en el análisis de muestras de ADN encontradas en los sitios de los estallidos, las que ahora serán cotejadas con las que se tomen a los apresados.

Nexos antisistémicos

Según datos de Carabineros, se indaga la posible vinculación y "solidaridad" de Flores y Casanova con la causa de conocidos miembros de grupos antisistémicos, como los ex lautaristas Juan Aliste, Marcelo Villarroel y Freddy Fuentevilla. No obstante, hasta ahora el único vínculo que se ha encontrado es que el sospechoso habría sido detenido junto al hermanastro de la pareja de uno de los ex lautaristas por desórdenes públicos, luego de una manifestación hace un par de años.

Esto no quiere decir que haya una relación directa, pero es un antecedente que manejan los investigadores bajo la hipótesis de que la bomba instalada en el Subcentro fue en repudio al fallo de la Corte Suprema que dejó a firme las condenas contra los ex lautaristas por el crimen del cabo Luis Moyano, en 2007, y el atraco al Banco Security.