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Cartas
Domingo 31 de agosto de 2014
La reforma es un "camello"
Señor Director:
El ministro de Hacienda está preocupado de conseguir la aprobación definitiva de la reforma tributaria en el Congreso al más breve plazo no solo para contar con más recursos en 2015, sino que también, como lo ha señalado, para eliminar la incertidumbre que deviene de tener el debate abierto.
Finalmente convencido de que la tramitación de este proyecto de ley ha tenido efectos negativos sobre la inversión y el crecimiento -aunque no lo reconozca abiertamente-, su intención es poner punto final a las preocupaciones de la gente respecto de cómo va a quedar el sistema tributario. Se equivoca el ministro. La incertidumbre no se acaba ahora en septiembre. En efecto, al ambiente de "lluvia de reformas" estructurales que nos ha impuesto el Gobierno, el que no amaina ni de lejos, se suma ahora la incertidumbre de cómo se va a aplicar un esquema tributario que seguramente se inscribe dentro de los más complejos y enrevesados del mundo.
Las 200 indicaciones contenidas en 235 páginas son la mejor muestra de que lo que se está aprobando es un verdadero "camello" que tardaremos años en entender y que hará al SII una fuente -empoderada- de interpretación arbitraria de lo que quiso decir el legislador.
Es dudoso, además, que se recauden los más de US$ 8.000 millones extras que pretende el Gobierno, tanto porque el crecimiento económico será un par de puntos porcentuales inferior al 4% que usó el Ejecutivo para hacer sus proyecciones -gentileza de la falta de prioridad que tiene el crecimiento en la agenda gubernamental- como por el hecho de que el nuevo código tributario tiene insospechadas fuentes de nueva elusión.
Se agrega, entonces, otra incertidumbre: la izquierda querrá hacer una nueva y más profunda -si cabe- reforma tributaria a partir de 2018 en vista del fracaso de la actual. Finalmente, los recursos que se recauden irán a financiar una fuerte expansión del Estado en diversas áreas de la economía, quitando espacio al sector privado, y de un modo que no termina de aclararse. ¿No es esto también fuente de incertidumbre para quien quiera emprender?
La historia de la ley dirá que este "camello" fue el resultado de un protocolo ampliamente celebrado porque se conseguía una reforma menos dañina que el "dragón" que era la propuesta original. Pero la Historia, con mayúscula, consignará que se cometió un gran error al despacharse este proyecto de ley.
Felipe Morandé
Consejero Evópoli