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Sábado 30 de agosto de 2014
La UC suele apostar por la casa para zafar de las crisis
El pésimo presente del conjunto de Falcioni tiene precedentes en la historia. A mediados de los setenta, a principios de los ochenta, en el año 2001, y en el 2004, el elenco de San Carlos de Apoquindo se vio abrumado por los malos resultados. Según los protagonistas de esos años, el volver a las raíces del club siempre dio resultados.
C. Mora, D. Reyes y R. Neira
"No sabemos cuáles son los problemas, porque trataríamos de resolverlos lo antes posible", dijo ayer Stéfano Magnasco, lateral de la UC, dando una muestra de la confusión que reina en San Carlos.
Las seis unidades del cuadro cruzado en igual cantidad de fechas del Apertura, además de la eliminación en la Copa Sudamericana, tienen a hinchas y dirigentes nerviosos. De hecho, ayer las autoridades del club visitaron la práctica del cuadro estudiantil. "Lo vimos como un respaldo", opinó Magnasco.
El domingo, una derrota ante O'Higgins podría significar el final de la era Falcioni. No sería la primera vez....
Con una sola receta
En 2004, bajo el mando de Oscar Garré, Católica llegó a sumar dos victorias y siete derrotas en el Apertura. El argentino fue sustituido por Jorge Pellicer, quien lideraba las series menores del club cruzado. Llegaría a dos semifinales y sería campeón en 2005.
"La UC siempre ha sido un equipo de buen toque y eso lo tienen incorporado todos. Las jugadas tienen que ser bien armadas. Y el trabajo que hacíamos con Garré no pasaba por eso. En el plantel comentábamos que nos sentíamos incómodos", recuerda el portero Rainer Wirth, quien agrega: "Pellicer ya tenía incorporados el estilo, las virtudes y los defectos del equipo. Y a los de casa ya nos conocía".
"Cuando llegó Jorge (Pellicer), el primer partido lo perdimos 4-0. Luego se hicieron muchas contrataciones", comenta Eduardo Rubio, también parte de aquel plantel. Para el Clausura 2004 fueron nueve los refuerzos, entre ellos Rafael Olarra, Darío Conca y Jorge Quinteros.
"No creo que el tema pase por si el DT es de la casa o extranjero; sí importa que el trabajo sea bueno, aunque ni eso garantiza los buenos resultados", afirma Rubio.
Juvenal Olmos, ex jugador cruzado y quien los dirigió luego del mal desempeño del holandés Wim Rijsbergen, en 2001, piensa parecido: "Que uno haga las cosas bien no pasa por ser de casa. Quien llega tiene que contar con el apoyo irrestricto de la dirigencia y restablecer el vínculo con la hinchada".
"Cuando tomamos el equipo, el plantel estaba dañado en lo emocional y las relaciones estaban rotas entre cuerpo técnico, directivos e hinchas. Lo primero fue reparar eso (...) Ahora Católica tiene su mística extraviada, pero no la ha perdido, la está buscando", cierra Olmos.
Entre 1981 y 1982, la UC tuvo como DT a Luis Santibáñez y contrató a varios seleccionados. Un equipo millonario. Pero no pudo superar la medianía de la tabla. "Apareció Ignacio Prieto y se apostó por la gente en quien él confiaba. Se les dio tiraje a los jóvenes", dice Osvaldo "Arica" Hurtado, uno de los dirigidos de Prieto en los ochenta. "Hoy también falta identificación con el club", añade.
"En 1983, cuando asumí el primer equipo, presentamos un proyecto a cinco años: una dirección técnica que estableciera los pasos a seguir, un estilo de juego y no contratando por contratar. Nos dedicamos a la formación y a eso se le fueron incrustando jugadores del extranjero de mucha capacidad", recuerda Prieto. El balance fueron dos títulos nacionales (1984 y 1987) y la final de la Copa Libertadores 1993.
En 1974, Católica jugó en Segunda División. Jorge Luco, otrora jugador del club, fue el entrenador. Aunque no tuvo resultados en la primera temporada, en 1975 fue campeón del ascenso. "Lo más lógico siempre es la gente de casa, la de afuera no tiene idea de los problemas. Muchas veces la UC, Colo Colo y la U traen técnicos extranjeros pomposos y después lo único pomposo es lo que les pagan cuando salen", dice Óscar Wirth, ex pupilo de Luco.