Señor Director:

Se ha enunciado que el Perú propondrá al destacado jurista y diplomático Diego García Sayán como candidato a la Secretaría General de la OEA para reemplazar a José Miguel Insulza cuando termine su mandato.

García Sayán es un reconocido hombre de bien, de altas calificaciones y de gran prestigio profesional y social en Lima. Pese a lo anterior, quienes éramos diplomáticos chilenos en actividad cuando se presentó la candidatura del ex ministro del Interior y de Relaciones de Exteriores de Chile, no podemos olvidar que el Perú, cuya diplomacia estaba a cargo del odioso y pretencioso embajador Manuel Rodríguez Cuadros -después fue candidato a la Presidencia de la República y obtuvo alrededor del 1% - estructuró y encabezó una campaña continental contra el postulante de Santiago. Es más, obligó a su representante en Washington a que en la Asamblea de la OEA pronunciara un fuerte discurso contra Insulza y, como si lo anterior fuera poco, forzó al viceministro de Relaciones Exteriores de su país, Óscar Maúrtua, a que viajara a la capital de Estados Unidos para estar presente en dicha cita y, en un acto incluso vejatorio para su posición, tuviera que seguir desde la segunda fila página a página lo que decía contra la postulación chilena el representante permanente limeño.

A mayor abundamiento, cabe recordar que años antes, cuando Perú presentó la candidatura del embajador Luis Marchand al mismo cargo, Chile en un acto en extremo amistoso fue el primer país en declarar su incondicional apoyo a la postulación limeña.

Es bueno recordar que, a la larga, quienes intentan fundar su promoción como diplomático en la odiosidad hacia un determinado país deben al final pagar frente a los suyos un precio que puede perjudicar a su propio país. Quienes hemos sido diplomáticos, no sé si para bien o para mal, habitualmente tenemos buena memoria.

Demetrio Infante Figueroa