"Raíz" se inicia con una estación de madrugada, campo, bruma y dos líneas de tren que se bifurcan.
Y desde esa lejanía, que es el sur de Chile, a un plano que es un resumen de la gran ciudad: Amalia (Mercedes Mujica) habla por teléfono, responde con monosílabos, abre la ventana y entran los ruidos de Santiago.
La joven, después de esa conversación, emprende el regreso a casa y la travesía revela su estado de ánimo. Descansa su frente en la ventana del bus, la rodea un cansancio físico y sicológico y ese retorno a Puerto Varas y a la casa de su madre Hilde (Elsa Poblete) es algo que la abruma y angustia.
La película lentamente revela la trama y en alguna medida la oculta, porque su tema central pertenece a la columna vertebral del cine chileno: la orfandad y el pueblo de huachos.
"Raíz" avanza de manera imperceptible, con precaución y poco a poco mezcla actores profesionales con personas escogidas para la historia, para que hagan lo que mejor saben hacer: de ellos mismos.
Esta es una película donde la economía de recursos y producción está en su naturaleza creativa y también en su origen: es el proyecto de título en la Universidad Mayor de su director Matías Rojas Valencia.
En rigor ese es su límite y su estreno en salas comerciales es una apuesta arriesgada y hay que prepararse para el desconsuelo.
Es un hallazgo, eso sí, una joven actriz como Mercedes Mujica que con un tono bajo y mínimo logra transmitir el registro más intenso y profundo de la historia.
El viaje de su personaje Amalia tiene la marca del eterno retorno y un sentido cíclico donde no se descarta el sacrificio personal.
El sur, más sur y finalmente el regreso a su hogar, donde deberá enfrentar una vida iracunda y dañada, su madre Hilde, y por comenzar, la del niño Cristóbal (Cristóbal Ruiz) que busca a su padre.
Existe el mundo privado y secreto de Amalia, que es lo más destacado de "Raíz", pero el contexto y las imágenes que la rodean descienden al abecedario del sur chileno: los planos del volcán nevado, una alameda de postal o el encuadre perfecto para un hostal con tejuelas de alerce. Los helechos que abrazan a los árboles, el manto crujiente de ramas y hojas sobre el bosque, un trozo de kuchen y hasta una conversación sobre emigración alemana y huilliches.
La dueña de un almacén y doña Chela (Celia Uribe Velásquez) son la bondad extrema y ni siquiera piden dinero y dan ducha, alojamiento, comida y baños termales gratis; y la cárcel es un modelo de holgura, atención y limpieza.
Ese manto turístico le quita dramatismo, opresión y desgarro a esa travesía de pérdida y orfandad. En "Raíz" hay un exceso de urbanidad, propaganda y pulcritud. Y de pronto es Amalia y el niño Cristóbal en las crónicas de Turistel.
Sin embargo, bajo el folleto, el recuadro, los helechos y el volcán, hay una historia que a veces flaquea, tirita y pende de un hijo, pero el personaje de Amalia permanece, persiste y rescata la película.
Chile, 2013. Director: Matías Rojas Valencia. Con: Mercedes Mujica, Elsa Poblete, Cristóbal Ruiz. 85 min. T.E.