Genios como Messi, Picasso y Jobs tienen en común su capacidad de anticipar y forjar el futuro. Los malos deportistas llegan tarde a la jugada; los genios la anticipan. En economía, al mismo fenómeno se le denomina "correr atrás de la curva". Los buenos inversionistas venden antes que la bolsa caiga; los malos les compran a los otros. Los artistas genios anticipan tendencias; los demás los siguen. Los amateurs sufren de este defecto. Se ve en los niños cuando recién comienzan a jugar fútbol: todos corren atrás de la pelota, y nadie la pilla, hasta que uno más vivo la espera, y se transforma en goleador. Así es Messi: lee el futuro, se anticipa, y espera que le llegue la jugada. El genio empresarial es igual. Una empresa definía su misión diciendo: "queremos estar donde otros quieren ir". Es un mensaje simple y potente, que habla de anticiparse a la manada y reconocer dónde va a estar el mercado en el futuro.
Con las reformas que impulsa el Gobierno, el lema de la Nueva Mayoría, sin embargo, parece ser: "Queremos llegar al lugar de donde otros se quieren arrancar". Europa busca salir del Estado de Bienestar que no puede financiar y que desincentiva el progreso, y nosotros queremos ir para allá. Por eso, recibimos profesionales españoles en busca de oportunidades y les mandamos "lanzas a chorro" que buscan oportunidades para vivir del resto. La Nueva Mayoría corre detrás de la curva. Cuando el cobre cae y la economía chilena se frena, sube impuestos, genera incertidumbre y ataca el emprendimiento.
-10000 progreso y la igualdad son función de tres variables: trabajo para los adultos, porque sin salario no hay igualdad posible; educación para los jóvenes, porque de su capacitación actual depende su ingreso futuro, y crecimiento económico, porque eso genera empleo hoy y oportunidades después. Sin crecimiento no hay empleo y sin empleo no hay igualdad posible. La Nueva Mayoría, en cambio, ha decidido que quiere igualdad aquí y ahora, y está tomando medidas que generarán menos empleo, menos progreso y menos igualdad. Educar jóvenes en economías que no crecen es educar cesantes como en Cuba o aspirantes a emigrar como en Argentina. Chile tiene problemas de alza de costo de energía y estancamiento de la productividad. Esos defectos los escondió el boom del cobre, que se está pinchando. En ese escenario, subir impuestos, condenar el lucro, generar incerteza jurídica y promover reformas laborales antiempresa y empleo es un error monumental. Con cara de estupor las autoridades se preguntan qué está pasando que el Imacec va con el planeo de la llave inglesa. Su respuesta es echarle la culpa al resto; al gobierno anterior, a la economía internacional, etc. Nuestros problemas hoy son la falta de confianza, el pesimismo y las malas expectativas. Son todos autogoles derivados de la contumacia de perseverar en malas ideas. Es tanta la estulticia, que ahora nos dicen que hay que aprobar rápido la reforma tributaria, porque eso soluciona la incertidumbre. Si usted va cayendo en caída libre, la certeza de chocar con el suelo no le produce ningún alivio, ni menos le cambia el genio.
Alguien dijo que el éxito se produce cuando el talento se cruza con la oportunidad. Este gobierno desaprovecha el talento de la Presidenta y desperdicia las oportunidades que le da la liquidez mundial. Cuando tienen el Presidente más popular en muchas décadas, desperdician ese capital político promoviendo iniciativas para satisfacer a un grupo de adolescentes; a intelectuales nostálgicos y a activistas callejeros. La verdad es que las reformas tributaria, laboral y educacional no son "la madre" de la igualdad y del progreso, son más bien "el hijo indeseado" de un carrete adolescente.
Nunca es tarde para mostrar algo de humildad y volver a los fundamentales que permitieron el progreso de nuestro país; de lo contrario, nos encaminamos a algo parecido a una recesión. La llamada a poner orden y sensatez no es otra que la Presidenta. Si no lo hace, que después no diga que no le advirtieron.