N.Guzmán, F. Pául, A.V. Baer y M. J. Ahumada

"Lo van a liberar", le dijo el canciller Heraldo Muñoz, desde Sudáfrica, al presidente de la UDI, Ernesto Silva, quien escuchaba atento al teléfono desde Santiago.

Eran pasadas las 16 horas cuando Felipe Cuevas, presidente de la Juventud UDI que había sido detenido el jueves -luego de haber visitado a una líder estudiantil venezolana que se encuentra recluida-, empezaba a dejar el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN).

Así, fue conducido en una camioneta de la policía de ese país, la que lo trasladó al aeropuerto internacional, escoltado por otros dos vehículos. El embajador de Chile en Venezuela, Pedro Ramírez, tuvo que ir en su propio auto detrás de la caravana.

"Estamos yendo al aeropuerto a dejarlo, va a tomar el avión. Él salió por una solicitud del gobierno chileno y, dadas las buenas relaciones que hay con el gobierno venezolano, se accedió a liberarlo", señaló Ramírez a "El Mercurio" mientras iba camino al terminal aéreo.

En Santiago, en tanto, después de un día de intensas gestiones que se habían iniciado a la medianoche del jueves, y que incluyeron conversaciones de la directiva UDI en La Moneda con el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo -en calidad de Vicepresidente-, y contactos del canciller Muñoz desde Sudáfrica con autoridades en Chile y Venezuela, se informaba que el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro había decidido liberarlo.

El hermano del dirigente, Jorge Cuevas, fue el único que pudo hablar con él la tarde de ayer, luego de que el embajador le prestara su teléfono al dirigente UDI.

"Me dijo que estaba bien, que estaba tranquilo, y eso me interesaba, saber que estaba vivo", comentó Jorge Cuevas, desde el segundo piso de la sede de la UDI, acompañado por el presidente de esa colectividad, Ernesto Silva.

Un par de horas más tarde, se enteraron de que Cuevas había logrado abordar un vuelo. Haría escala en Colombia y luego, a las 5:00 am, estaría aterrizando en tierra chilena, donde entregaría detalles de su salida de Caracas.

Gestión UDI

Todo comenzó la noche del jueves. Miembros de la Juventud UDI se percataron de que dirigentes estudiantiles opositores al régimen de Nicolás Maduro tuiteaban la detención de tres jóvenes, entre ellos, el chileno y el presidente adjunto de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Emerson Cabaña.

Fue entonces cuando Mauricio Rojas -encargado de las comunicaciones del partido- telefoneó a Ernesto Silva, quien, a su vez, llamó al ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo. Luego, Silva se trasladó hasta la sede del partido, donde se reunieron más de 20 dirigentes de la colectividad para monitorear lo sucedido cerca de la una de la madrugada.

A esas alturas, se rumoreaba que la razón de su detención -aún no oficializada- era que, mientras el chileno visitaba a Sairam Rivas, dirigente de la UCV detenida en el SEBIN hace 92 días, había tomado unas fotografías supuestamente en un lugar prohibido, lo que habría provocado su arresto.

Paralelamente, el canciller Heraldo Muñoz -quien se encuentra acompañando a la Presidenta Bachelet en una gira por África- tomó contacto con el director de Asuntos Consulares de la Cancillería, Alejandro Marisio; con el subsecretario Edgardo Riveros, y con el embajador Pedro Ramírez, a quienes les pidió realizar las gestiones correspondientes para que el gobierno venezolano liberara a Cuevas.

Diez horas después, cerca de las 9:00 de ayer, la directiva de la UDI se reunió con Riveros, a quien le solicitaron enviar una nota de protesta al gobierno de Maduro. A la salida de esa reunión, Silva señaló: "Exigimos al Presidente Maduro su liberación y si es necesario la UDI lo va a ir a buscar para traer a Felipe de vuelta al país". Su frase cobró sentido más tarde cuando se dio a conocer que viajaría una delegación -con cerca de quince parlamentarios- a modo de respaldo al detenido chileno, lo que se desestimó luego de que supiera de su liberación.

Más tarde, Silva, en compañía del secretario general de la UDI, Javier Macaya, llegó hasta la oficina de Peñailillo, quien, junto al ministro Álvaro Elizalde, les manifestó que contarían con la cooperación del Gobierno para la búsqueda de una solución.

De forma paralela, Riveros citaba al embajador de Venezuela en Chile, Arévalo Méndez, para obtener nuevos antecedentes del caso. Mientras tanto, en Cancillería y en la UDI se disponían equipos para monitorear la situación.

Hasta que poco después de las 16:00 horas, el canciller Muñoz llamó al presidente de la UDI para comunicarle que Cuevas sería liberado. Muñoz había recibido la noticia en medio de una cena con la comitiva presidencial.

"Hemos estado pendientes de Caracas, en permanente contacto. La Presidenta me ha pedido que haga un seguimiento de la situación. He tomado contacto con el embajador Pedro Ramírez, quien ha estado con Felipe Cuevas y estamos satisfechos de que esto se está resolviendo", afirmó en ese momento Muñoz a "El Mercurio".

Por su parte, Silva dijo "esperamos que este hecho que nos parece de la máxima gravedad no se vuelva a repetir con ningún ciudadano chileno, cualquiera sea su color político, que en libertad y democracia se pueda viajar a Venezuela a apoyar a la oposición que legítimamente quiere enfrentar a un gobierno abusivo".

Según comentó a "El Mercurio" el embajador Ramírez, "él (Felipe Cuevas) dice que lo detuvieron porque lo acusaron de que habían estado sacando fotografías. Dice que no sacó fotografías, pero que no está seguro si uno de los amigos que iban con él las habría sacado".

El diplomático agregó que Cuevas permaneció en una celda "con diversas personas, de distinta naturaleza problemática. Les ofrecieron comida y baño. Naturalmente estaba nervioso. Sí lo interrogaron, pero él está físicamente bien".