Ahmad (Ali Mosaffa) regresa desde Teherán a París después de cuatro años, para firmar el divorcio con su ex esposa Marie (Bérénice Bejo). En una decisión inexplicable, Marie no le reserva un hotel, sino que lo aloja en su casa, donde vive con sus dos hijas, una pequeña y otra adolescente. La primera sorpresa es que también está allí el niño Fouad (Elyes Aguis), hijo de Samir (Tahar Rahim), que es -segunda sorpresa- la nueva pareja de Marie, y de quien ella -tercera sorpresa- espera un hijo.
Así progresa esta película: de pequeña sorpresa en otra, con un drama que se acumula capa por capa, como un cobertor espeso y cada vez más agobiante.
Ocurre que la hija adolescente de Marie, Lucie (Pauline Burlet), no soporta al nuevo novio de su madre, el tercero de su vida, y sustenta ese rechazo en dos motivos: la volatilidad emocional de Marie y la convicción de que el nuevo novio es culpable del estado de coma en que vive su esposa legítima, tras un intento de suicidio desatado por el conocimiento de su infidelidad...
Uf. Descrita de este modo, y aun saltándose una miríada de detalles en un relato donde cada fragmento es importante, parece una historia inabordable. Pero no es así. Está construida de una manera delicada, dosificada, muy atenta a los tiempos en que el espectador puede recibir las informaciones que modificarán las anteriores. Pero su naturaleza está en ese cambio: nada es lo que parece, todos ocultan algo fundamental y el pasado impone sobre los personajes el peso de la culpa, de lo que no tiene vuelta porque es passé. El pasado no libera ni siquiera a los niños, o quizá al revés: se construye desde los niños.
El cineasta Asghar Farhadi es uno de los nombres notables del cine iraní que se ha venido haciendo grande desde los 90. Participa de su disciplina realista (que subraya con bravura en sus primeras secuencias, usando el silencio como signo del punto de vista) y sigue esa doctrina de la metáfora emergida de los hechos (y no de los símbolos) en la que es un maestro Abbas Kiarostami.
Igual que en la notable Una separación, del mismo Farhadi, El pasado parte en un punto y termina en otro, muy distante e inesperado, aunque de ningún modo accidental. Las vidas de Marie, Ahmad, Samir, Lucie y Fouad se han entrelazado de una manera en la que cada paso ha creado el cimiento de la tragedia. Es un drama que no tiene fondo, porque no podría tenerlo: el pasado, le passé, viene a cobrar su tributo desde el primero hasta el último plano. Es un cine fatalista, sombrío, determinista y doloroso, que solo puede ofrecer unos segundos finales de esperanza a condición de que sean, como en este caso, filmados de forma memorable. Un gran cine.
LE PASSÉ.
Dirección:
Asghar Farhadi. Con: Bérénice Bejo, Ali Mosaffa, Tahar Rahim, Pauline Burlet, Elyes Aguis. 130 minutos.