Ahmad (Ali Mosaffa) viene de Teherán, aterriza en el aeropuerto de París, una mujer lo recoge en auto y el destino es una casa en la periferia urbana.
En el trayecto, Marie (Bérénice Bejo), que está inquieta, nerviosa y aún fuma demasiado, habla lo justo y necesario.
Ahora es Ahmad quien conduce, se equivoca de calle y lo que alguna vez fue la rutina (el camino a su casa y donde su esposa) se convierte en una ruta olvidada.
El universo de mayor contenido y densidad de "El pasado" no se encuentra en los diálogos y en eso que se escucha y entiende, sino en una capa de silencios e implícitos donde habitan los monstruos de las relaciones de pareja. Son espacios secretos e íntimos de violencia agazapada, dolor dormido, desconfianza latente y brasas de resentimiento.
El director Asghar Farhadi tiene un pasado en la dramaturgia, es el guionista de sus obras y el género preciso es el melodrama y unos sentimientos de amor y desamor invadidos por una telaraña de dudas, desconfianzas y recuerdos.
En "El pasado" y en su anterior película, "Una separación" (2012), que ganó Oscar a la Mejor Película Extranjera, se desenreda una trenza en común: el divorcio y sus motivos y consecuencias.
Ahmad vuelve a París después de algunos años, porque su esposa desea separarse y, como la decisión es compartida y el juzgado está próximo, solo se necesita el trámite de la comparecencia y firma.
Además, Marie ya tiene una nueva pareja, Samir (Tahar Rahim), el dueño de una pequeña tintorería y un hombre callado que parece violento.
Los jóvenes que presencian toda la situación -una adolescente, una niña y un niño- padecen la comunicación adulta, porque los diálogos y su traducción literal son una parte de la realidad. Hay un implícito, una entrelínea y un mundo herido que se les escapa. Hay algo mayor que se precipita y presiente, pero que ellos no entienden a cabalidad. Y por tanto sus preguntas son transparentes, infantiles y terribles. Y sus errores pueden ser definitivos e inconmensurables.
Los jóvenes, por estas razones, son víctimas.
Intuyen que más adelante, con los años y cuando se transformen en adultos, se van a enfrentar a precipicios y trizaduras, pero aún no existe conciencia del vacío y todavía no se mide la angustia.
En "El pasado", sin embargo, hay esperanza y una heroína. Un poco oculta y con disimulo, pero Marie contiene un misterio humano, porque pese a las decepciones, renuncias o ingratitud, y aunque los fracasos sean varios y sus hijos vengan de un padre y de otro; pese a todo, ella no se da por vencida y solo desea una persona a su lado.
En realidad, más que un hombre o una mujer, lo que Marie persigue es un sentimiento profundo y ancestral.
Es un rayo de luna pretérito, clásico y conmovedor: querer a alguien.
Es algo remoto que quizás está en el origen de lo femenino. Algo antiguo que viene del pasado. Solo eso: querer a alguien.
"Le passé". Francia-Italia, 2013. Director: Asghar Farhadi. Con: Bérénice Bejo, Ali Mosaffa, Tahar Rahim. 130 minutos. TE.